lunes, 21 de abril de 2014

A GABRIEL GARCIA MARQUEZ
Por Francisco Cadrazco Díaz
Escritor Caribeño Colombiano



Como un cardumen de peces de magníficos  colores,  van flotando miles de mariposas amarillas, en un mar tranquilo de aguas azules que se reflejan en el inmenso firmamento,  ellas, las mariposas son el alimento de los peces que se pelean por atrapar a una de ellas, y cuando esto sucede, sus colores  cambian, como el bello Arco Iris.

Un barco va surcando las costas caribeñas, lleva cientos de turistas, que quieren conocer a Macondo, ese mítico pueblo que se confunde en cada uno de los rincones de nuestra región caribe colombiana, que algunas veces es persona, en otra es amor, fidelidad, esperanzas, paisajes, cotidianidad, es costa, es mamadera de gallo, es literatura, poesía, cuentos, es cumbia, es porro, es vallenato.

Cien años de soledad, sin ti maestro, aquí estaremos en este mundo esperando como el coronel que no tiene quien le escriba, ahora si el toro encantado de purito oro, que cuida el palo de limón,  abandonara la isla  y la ciénaga de la Sierpe, y se presentara la Marquesita en persona, yo cogería ese limón de oro y lo metería en el ojo de la canoa, para quedarme con la sierpe encantada,  lugar macondiano, lleno de historias en nuestro caribe colombiano.

Un tren recorre los dos carriles interminables, con una máquina  de color amarillo, con un letrero a sus lados, La ruta Del Sol, viene de Aracataca, va a recorrer el mundo.

Un barco de tres pisos, surca por el majestuoso rio de la magdalena, cargado de literatura, partió  de la ciénaga grande de Santa Marta: lleva consigo las joyas literarias escritas  por el hijo del  telegrafista, con sabor a mango maduro, a bananas,  a flores amarillas, para repartirlas al mundo literario como recuerdo del más grande Premio Nobel que haya parido esta hermosa tierra colombiana.

Gabriel García Márquez, un costeño, en su niñez jugó bolita de uñitas, el trompo vaqueado, se bañó en ríos y quebradas, compartió con otros niños en el colegio, tenía olor a lápiz, a tinta fresca, comió mango de hilaza o de puerco, fue un niño del común, un joven sobresaliente, con deseos de superación, se abrió al mundo, viajó, conoció, dio ejemplo de amistad, compartió sus pensamientos con los grandes, disfrutó de la vida, hoy nos deja este legado literario para que lo sigamos, así sea de lejos, porque imitarlo va a ser muy difícil.


Sus obras Literarias:

Cien años de soledad, El coronel no tiene quien le escriba, Los funerales de la mamá grande, La hojarasca, El amor en los tiempos del cólera, Crónicas de una muerte anunciada,  Memoria de mis putas pobres, El otoño del patriarca, El general en su laberinto, La mala hora, La increíble y triste historia de la Cándida Eréndira, Noticias de un secuestro, Las  aventura de Miguel Littin Clandestino en Chile, Relato de un Naufragio,  Vivir para contarlo, Todos los Cuentos, Doce cuentos peregrinos, Del amor y otros demonios, Ojos de perro Azul, Yo no vengo a hacer un discurso, Por un país al alcance de los niños.

Por la libre: Obra periodística, Notas de prensa, Como se cuenta un cuento,  De Europa y América, Cuentos,  Diatriba de amor contra un hombre, Por la Libre, Textos Costeños 1981, Discursos, Un manual para ser un niño, Entre Cachacos, El mismo cuento distinto, Textos Costeños 1999, Textos costeños Libros. Crónicas y Reportajes: La Marquesita de la Sierpe, (1980).  


Hoy es un viajero del tiempo en la eternidad, se fue Gabriel García Márquez, nos quedamos con Gabo y sus obras.

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