domingo, 16 de agosto de 2015

UN CHUBASCO EN EL FIRMAMENTO

UN CHUBASCO EN EL FIRMAMENTO
Por Francisco Cadrazco Díaz
Escritor Colombiano- Región Caribe


Tercero era un muchacho entrado en los doce  años, ya los bigotes comenzaban a aflorar, su voz se entrecortaba y unas veces aparecía la voz de niño y otras veces era un vozarrón, malcriado de su padre, compra peleas en las calles y lo peor, no quería ir a la escuela.

En cambio que su hermano Segundo era un muchacho bien educado por sus padres, aplicado en el colegio y mantenía buenos amigos, el deseaba ser un Profesor, esa era la figura más educada que había en el pueblo, por eso sus alumnos siempre le llevaban gallinas, pavos, queso, suero, bollos de maíz biche y huevos de gallina criolla.

El padre de los dos muchachos era Genaro, él se dio cuenta que su hijo mayor, solo iba a servirle en las labores del campo y por allí lo encaminó, además tenía las mismas características de él, por eso le toleraba, grosero hasta para dar un saludo, pleitisco, borrachín y sin educación. Vendía yuca por las calles, montado en su burro bayo, vociferaba que su producto era el mejor, porque lo cultivaban en macayepo, montes de maría, los muchachos de la época como lo conocían, le gritaban yuca rucha, entonces prendía su tizón de candela de leña mangle: Coman yuca, vean como están de jipatos, Barranquilleros alimentados con gaseosa y pan.

Mientras segundo, iba al colegio, tercero se mantenía jugando con otros amigos en la calle, esperaba el medio día para ayudar a su padre cuando venía de la rosa cargado con maíz y yuca, su madre hacia bollos y tercero los vendía al detal por las calles, pero siempre entregaba malas cuentas, porque en su bolsillo derecho cargaba veinte bolitas de uñitas y se distraía jugando, tiempo que aprovechaban sus amigos para cogerle los bollos de la ponchera de aluminio.

Una mañana Genaro convidó a su hijo Tercero, que era el primero para el monte, con el fin de que aprendiera a sembrar y cultivar la tierra, una bonita labor desde el punto de vista social y humano, ellos nos traen los alimentos al pueblo y abastecen a las grandes urbes, pero tercero no lo pensaba así, el solo tenía mente para jugar y pelear con los otros muchachos a las trompadas.

Permanecieron todo el día en los cultivos, de regreso el cielo estaba nublado, Genaro se quitó el sombrero y miro al firmamento y dijo: va a llover, tercero su hijo le contestó: solo va a ser un Chubasco. Salieron las dos perlas para el pueblo y cuando venían a mitad de camino, detrás de ellos venia un huracán arrancando cuanto árbol había en el camino real, apuraron el paso, pero ya era muy tarde, amarraron el Asno a una ceiba y allí se refugiaron, los vientos eran tan fuertes que el avispado de tercero los escuchaba silbar la pollera colorá, disco de moda del compositor Wilson Choperena, la carga que traía el burro, fue a dar con los vientos a la puerta de la casa de Genaro, su esposa sabía que algo malo estaba pasando porque el mundo estaba oscuro y solo eran las cinco de la tarde, se encomendó a santa rosa de lima, la patrona de las tormentas y angustiada esperaba a su esposo e hijo.

El burro como pudo se soltó del árbol donde estaba amarrado, Genaro y su hijo Tercero, fueron a dar al copito de la ceiba roja longeva, con más de cincuenta metros de altura, parecían dos loros perdidos. Después de la tormenta gritaban en medio de la oscuridad que los bajaran de allí, cosa que no fue posible porque nadie los escuchó, solo los misterios de la noche que les dio una lección de fe, buenos modales y educación, además los conminó a cambiar y les dijo que para ellos no había Chubascos en el firmamento, que lo que habían eran tormentas por su mal comportamiento. Se quedaron profundamente dormidos hasta que escucharon vociferando sus nombres.

Al día siguiente la niña Paki, buscó a unos vecinos para averiguar por la vida de sus dos familiares y el burro servil de la casa. Quien los vio, no podían creer lo que sucedió, quien los subió a ese frondoso árbol y como los iban a bajar.

Después de ese episodio, Tercero prometió a su madre alistarse para el colegio y ser un buen hijo y ciudadano, hasta llegar con el tiempo a ser un Abogado honesto, al servicio de la Sociedad, al igual que su hermano Segundo que era profesional en Administración de Empresas y dirigía el transporte urbano de la gran ciudad.

Genaro mejoró su comportamiento, pero no volvió a sus labores en el campo, su compadre Pacho, el político del pueblo lo empleo en el correo, cambió el burro por una bicicleta y en ella repartía las cartas que llegaban de Cartagena, Barranquilla y Caracas Venezuela. Su bicicleta de color azul, tenía un letrero que decía: Un Chubasco en el Firmamento.




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