sábado, 27 de septiembre de 2014

NADIE, NINGUNO Y LOCO

NADIE, NINGUNO Y LOCO
Por Francisco Cadrazco Díaz
Escritor Colombiano de la Región Caribe.

Para que una persona pierda la razón, solo falta que aparezcan tres locos, que con sus viveza, lo desequilibren mentalmente, eso le sucedió al Inspector de Policía de una localidad en la región caribe de Colombia, lo que no se sabe es como tres personas de distintos barrios, ciudades o pueblos, se unieron en franca Lid, para sabotear las clases en los colegios, en los espacios públicos, en el cementerio, hasta en la iglesia.

Lo más sorprendente de este cuento es que individualmente sus padres los bautizaron con los nombres de:

Nadie, Ninguno y Loco.

Un día estaban los tres mosqueteros en la plaza principal, viendo una retreta de la banda de paz de la policía nacional, en el cambio de guardia  e izada de la bandera, como cosa curiosa se miraron los tres, hicieron revoletear sus ojos, sacaron la sonrisa maliciosa y sin mediar palabra alguna, se dirigieron a la fuente de agua, donde emanaba un chorro de unos tres metros de altura.

“Ninguno se tiró a la fuente",  "Nadie lo subió el chorro de la fuente y lo mantuvo en alzas por más de una hora", "por supuesto Loco", que se encontraba viendo el espectáculo, hizo señas con sus manos a los policías que tocaban la retreta, y de inmediato  dieron media vuelta a lo militar y se dirigieron a la fuente.

A Nadie lo sacaron de la fuente y lo llevaron preso a una comandancia, Ninguno cayó exhausto, cuando apagaron la fuente y también fue llevado a la comandancia por la policía y Loco que no estaba metido en ese lio, fue el que pago los platos rotos, por el hecho de que fue el que avisó a la policía que Nadie y Ninguno estaban en la fuente pública, dando espectáculo y alterando el orden.

La Banda de Paz, cesó la retreta y todos le cayeron a Nadie, Ninguno y Loco, como pudieron trataron de defenderse, pero era imposible con tanto policía, tratando de defender el orden y la ley.

Le leyeron sus derechos, y les dijeron que tenían un abogado de oficio, para que argumentara  en su defensa de acuerdo a los hechos sucedidos en la fuente del parque, cuando la policía tocaba la retreta para izar la bandera.


Contratado el Abogado de Oficio, Nadie, Ninguno y Loco, le contaron con lujos de detalles lo sucedido en la fuente, a la vez el abogado le contó al Inspector de Policía, lo que Nadie, ninguno y Loco le contaron con lujo de detalles:

Señor Inspector, con el respeto que usted se merece y en aras de impartir justicia, pongo mi mano en el pecho, delante de Dios y la Santa Biblia, juro a usted que diré la verdad y solo la verdad sobre el caso de “Nadie, Ninguno y Loco”.

Continúe dijo el Inspector de Policía:

Resulta que Nadie, llegó al parque, Ninguno estaba alzado en el chorro de la fuente, Loco estaba viendo la retreta de la policía al izar la bandera, como loco alzó la mano y señaló hacia la fuente, los integrantes de la Banda, dieron media vuelta y se dirigieron hacia la fuente, como el que ordena, no fue el que dio la orden de seguir hacia la fuente, se enojó y ordeno poner preso a Nadie, Ninguno y Loco.

El señor Inspector que ya se encontraba rabioso al escuchar al Abogado, tremenda barbaridad, fue y hablo con el comandante de la Policía que hizo el arresto de Nadie, Ninguno y Loco, y esto fue lo que escucho del comandante:

Señor Inspector, yo me encontraba izando la bandera en el parque principal, cuando estaba a media asta, la banda de Paz, dio media vuelta y se dirigió, sin mi orden a la fuente, al indagar que pasaba, me comentaron, yo no vi nada, que Nadie, Ninguno y Loco, estaban alterando el orden público, de inmediato ordene arrestarlos y conducirlos a la Inspección de policía.

El Inspector que había estado en un sanatorio en años pasados, por estrés de trabajo, sedado y amarrado a una camilla no aguantó la situación que se estaba presentando, se le vino a la mente todo lo ocurrido en el sanatorio municipal  y mandó a desalojar el recinto y vociferaba palabras salidas de tono, se arregazó las mangas de la camisa, el cabello indio largo se le fue a la cara, las gafas se le cayeron y pedía que no sé lo llevaran, que no lo encerraran en el sanatorio.

El comandante de policía que lo conocía, en voz baja dijo, “el Inspector se volvió Loco” y como autoridad de policía, procedió a encerrarlo en la celda donde se encontraba, Nadie, Ninguno y Loco.

En los corrillos de la Inspección de Policía, comenzaron los rumores que el Inspector estaba encerrado por Loco, con Nadie y Ninguno.

Se hizo el informe de los hechos en la Inspección por parte del Comandante de la Banda de Paz, hacia el comandante de la Policía Nacional, que al leerlo y sin esperar, salió hacia la Inspección, ordeno que sacaran al Inspector de policía, que ya no estaba, Loco se había escapado, solo quedaron en la celda Nadie y Ninguno, por lo tanto, aquí no ha pasado nada, dijo el Abogado no hay a quien endilgarle cargos, porque no está Nadie, Ninguno, y el inspector, no estaba Loco.

Si usted, tiene en su mente, un tornillo flojito o suelto, tenga cuidado con Nadie, Ninguno y Loco.




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