sábado, 6 de septiembre de 2014

DEL PORQUE LOS PERROS CUADRUPEDOS, PERDIERON SUS RABO ORIGINAL

DEL PORQUE LOS PERROS CUADRUPEDOS, PERDIERON SUS RABO ORIGINAL
Por Francisco Cadrazco Díaz
Escritor Caribeño Colombiano



En la hacienda el Guarumo, zona del Magdalena Grande, habían unos quinientos perros, encargados de recoger el ganado y llevarlo a los corrales con distintos fines, para ordeñar, colocarles sus respectivos purgantes de totumo con hierro giral, sales minerales, sepa de plátano y otros productos.

Otro de los motivos de jarrear el ganado cimarrón con los perros era el de colocarles un hierro caliente en la tabla del pescuezo y registrarlos.

Había tanto ganado sin dueño en esas tierras que a veces el mismo dueño preguntaba que de quien era ese toro berrendo cachos de chivo macho y pertenecía a él, lo mismo sucedía con los perros, se multiplicaban y cada día había más perros regados en toda la comarca.

Una vez, la líder de los perros de nombre Paquita, de color blanco con franjas negras en su cuerpo, grande como una gacela, buena con el diente y madre de la mayoría de los cachorros de la raza se colocó en la fase fértil y comenzó a jarrear perros machos de todita la población, no le quedaba otra opción sino la de coger camino, atravesar ríos y cañadas con esa jauría de perros en filas larga que ocupaban hasta tres kilómetros lineales.

De tantos perros, ella Paquita, escogería a los que les simpatizaban para su nueva cría de unos diez cachorros aproximadamente, para engrandecer la jauría de estos animales, los amigos del hombre.

Durante su recorrido pasaron por el Valle de upar, Riohacha, Maicao, llegaron a Paraguachón y la guardia Venezolana, no los dejó pasar, entonces hicieron una travesía por las montañas y salieron a Cúcuta, Bucaramanga, subieron el cañón de chica mocha y salieron a Aratoca y sal Gil, allí formaron los machos una gresca bloqueando el paso por la carretera, a la intervención de la policía, fueron encerrados cien machos para aplicarles vacunas, esos animales se quedaron de la caravana.

Siguieron hacia Bogotá, en Arcabuco Boyacá ya entraron en la pugna los peludos de clima frio, nuevamente bloquearon la carretera y se formó un trancón de vehículos, trajeron la perrera y embarcaron quinientos perros, esos también se quedaron en esa región hermosa de Colombia, a la entrada de la caravana a Bogotá, nuevamente la autoridad que ya estaba informada de la jauría de perros que marchaban detrás de la hermosa Paquita, los esperó con antimotines y cinco jaulas para recoger Can, allí se quedaron otros cuatrocientos perros.

Los demás siguieron al Palacio Presidencial y se apostaron en la plaza que fue en un tiempo de Bolívar el Caraqueño, le echaron maíz a las palomas de la paz, hablaron con el alcalde, con senadores, representantes a la cámara y los concejales, les ofrecieron sus votos para la próxima contienda electoral, con el mandatario de los colombianos, no pudieron hablar, porque no estaba en palacio.

Siguieron vía  Ibagué, pero antes se dieron un chapuzón en la represa del muña y salieron perfumados, con los aromas que emanan del rio Bogotá, para agradar a la hermosa Paquita, pasaron por Silvania, Fusa, chinauta, la nariz del diablo, el espinal Tolima donde comieron tamales, llegaron a Ibagué y se perra-tearon el festival del bunde, pasaron por Cajamarca y no por caja marcada, subieron el alto de la línea y cada vez se agregaban más perros, la vuelta a Colombia y la vuelta a España, les quedaba pequeña en las carreteras de tanto animal en busca de emparejarse con la hermosa Paquita.

El problema surgía cuando uno de los pretendientes quería acercársele a Paquita, enseguida salían los más osados a defender su puesto dentro de la jerarquía y el respeto que cada uno de ellos debía infundir para así obtener el amor de Paquita.

Cuando la caravana de perros llegó a tierras de Antioquia, se formó la jarana, los can de esa región querían tener la primacía a cualquier precio sobre la hermosa perra a quien no habían tocado ni un bocado de ella, en ese gran recorrido.

Cuando pisaron tierras del bolívar grande si fue el acabose, salieron unos perros grandes con músculos de león, bien alimentados con suero dulce y migajón de cerdo frito, agua de panela criolla y leche de vaca con espuma.

Fue cuando Paquita se paró en firme y con su inteligencia y control de la situación, antes que sucediera una desgracia entre los canes pretendientes, les ordenó  hacer un círculo y ella en el medio les dijo:

Señores Canes pretendientes, les agradezco su gentileza de querer pretender ser mi pareja, ya hemos recorrido mucho terreno, estoy exhausta y esto lo vamos a definir enseguida, coloquen su rabo aquí en el centro del círculo, yo voy a venir vendada a escoger el rabo que me guste y ese será el perro, mi compañero, es más escogeré diez rabos para tener una camada de cachorros en esta fertilidad.

Así fue, cada perro se iba quitando su rabo y colocándolo en el sitio indicado, una loma de arena de color blanco, Paquita se retiró del lugar, salió a la carretera y le sacó la pata derecha delantera a una chiva de palo interdepartamental que venía a cien, pero como la hermosa paquita, tenía sus atributos, el perro de dos patas del chofer de la chiva de palo, frenó en seco y paquita se embarcó, tocándole el puesto al lado del chofer, quien la gallináceo en todo el recorrido, pero como paquita no era gallina sino perra, no logro su cometido, dejando la Can un pelero de los más grandes que ha habido en este mundo, en ese sitio indicado.

Júpiter, un Can sin raza, siguió a paquita y vio cuando esta se embarcó en una chiva de palo, espero unos treinta minutos a sabiendas que él no sería  el escogido por Paquita por su poco pelaje y desfachatado en su vivir y luego dio aviso a la gran manada:

Señores perros, Paquita se ha fugado de la manada, se embarcó en una chiva y ya va llegando a su tierra, el magdalena grande.

Se formó un polvorín al intentar cada perro en recoger su rabo original, cosa que fue imposible, se formaron peleas y se dieron dientes hasta quedar sin un molar, se colocaron rabos distintos y hasta unos quedaron sin rabos, por esa razón es que cada vez que un can se encuentra con otro, salen a oler el rabo del contario a ver si es el que se les extravió en esa tremenda pelea, hay unos temerosos y cuando este hecho sucede, tratan de esconderlo para que no se los quiten a fin de cuenta esto sucedió hace tantos siglos que ya se amañaron con el rabo ajeno.

En el sitio de la pelea por el rabo, quedaron esparcidos más de diez toneladas de dientes de perro, como esa era tierra indígena Zenu, ellos los recogieron y ahora lucen hermosos collares en sus cuellos.

Muchos años después, Júpiter se encontró con Paquita y como el mundo es cambiante y da tantas vueltas en círculos, el Can lucia atractivo, con bastante pelaje, bien alimentado y Paquita se enamoró de él y tuvieron una camada de cachorros.

Esos si nacieron con su rabo original, porque Júpiter no entregó su rabo y no intervino en la gran pelea de perros, que quedaron esparcidos en la región triangular de Bolívar Córdoba y Sucre, donde brota la escritura, la poesía, la música, los cuentos, las décimas y centésimas, narradas a través de:

Entrecuentosporrosyfandangos.blogspot.com


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