LA GARZA MORENA
Por Francisco Cadrazco Díaz
Escritor Colombiano de la Región Caribe
Por Francisco Cadrazco Díaz
Escritor Colombiano de la Región Caribe
De las Islas Canarias, vino
una garza morena con su pico afilado, sus ojos saltones, grandes alas y unas
patas bien situadas, ella, se vino porque un pato ganso, su esposo, lo atraparon
con una redes y lo subieron en un barco de carga comercial, sus compañeras de
manada no quisieron acompañarla porque el viaje era muy largo, temían caer al
mar y ser devoradas por un tiburón o por un cachalote viajero, de esos que se
le pegan a los barcos, en busca de comida y desecho que arrojan al mar.
La imponente garza, voló alto,
donde las nubes y las tormentas tropicales no la alcanzaran, con tan gran
suerte que pasó un avión comercial, que llevaba ciento veinte pasajeros y tenía
como destino Bogotá Colombia, venia procedente de Madrid y Cádiz España, los
pilotos notaron la angustia de la garza por llegar a aeropuerto seguro,
acercaron el avión a una distancia prudencial, con el fin de que ella los viera
en el firmamento.
Lograron los pilotos el
objetivo, se hicieron señas y a los treinta minutos llego un avión de las
fuerzas aéreas de Colombia y la rescataron, la hidrataron le dieron de comer
pescado y en su conversación narro la odisea en que estaba por la captura del
pato ganso, su esposo.
El avión que traía a la
Garza Morena, aterrizo en Cartagena Colombia y después de los rigores de
protocolo entregaron a la garza a el zoológico de Barranquilla, la llamaron “La
Española”, y le prometieron conseguir a su pato ganso, se dieron las
autoridades a la tarea de requisar a todo barco carguero que venía de
procedencias Islas Canarias en el centro del mar caribe.
Dieron aviso a las
autoridades del canal de panamá por si seguían con destino a países del océano pacifico,
hasta ese momento no se sabía del porque una Garza Morena viajaba de tan lejos,
en busca de su parejo.
La Española, una garza libre
en su territorio patrio, dentro de una manada de aves felices y ahora encerrada
en un cuadro de tres por cuatro, sola y acongojada, decidió fugarse y salir en
busca de su compañero, en un descuido del encargado de su alimentación alzo
vuelo y cogió nubes, en el trayecto se le pegaron unas aves llamadas garza
rosada, oriundas de la alta guajira Colombiana.
La invitaron a su morada,
una hermosa playa tan grande que se pierde el paisaje en la mirada, fue
aceptada después de dos días de deliberaciones por cuestiones de territorio, no
por su color moreno, menos por su nacionalidad.
En el Zoológico de
barranquilla, despidieron al encargado de cuidar a la española, con tan buena
suerte que en el sitio donde estaba el ave, se encontró cuatro huevos de oro,
con un peso cada uno de un kilo, se los llevó a su casa y se los metió a una
gallina ponedora, multiplicándosele la cría de garzas ponedoras de huevos de
oro.
La Española, cogió nueva
pareja, no esperó a su compañero, de esa unión nacieron y crecieron una manada
de garzas unas morenas y otras del color del sol, brillantes como sus huevos de
oro, que ponen en las orillas del mar caribe en la alta guajira, tierra protegida
por el estado, como reserva natural.
Otra fue la suerte del pato
Ganso, que venía en un barco de carga, el cual hizo su arribo al puerto de
Santa Marta, a quien le hicieron una requisa rigurosa, encontrando al ganso
metido en una jaula, mal alimentado, triste y desplumado.
Ese que un día, le pasó el
secreto a su compañera, para que ella fertilizara sus huevos de oro, que él
había heredado de su madre la reina de un país lejano, que un día su padrastro
lo convirtió en Pato Ganso y lo echo a volar bien lejos, para que no perturbara
en la relación con su madre reina.
Le contaron la historia de
la garza de oro y su deseo de encontrarlo, le mostraron los recortes de los
periódicos donde ella pedía que encontraran a su pareja y regresarse a las
Islas Canarias donde un día salieron los dos.
Después de recuperarse el
ganso, alzo vuelo en busca de su pareja, la garza morena más linda de la Isla,
siguió la costa, hacia el norte y pernotó, por cansancio y hambre el santuario
de flora y fauna, precisamente donde se encontraba la garza de los huevos de
oro.
Este ha sido el encuentro más
grande y apoteósico que unas aves de alto vuelo han protagonizado, el ganso fue
bien recibido por las garzas rosadas, hubo baile, con chicha maya por tres días
con sus noches, el Ganso se hiso líder con el tiempo y ordeno enterrar los
huevos de oro en la región más rica del mundo y a la vez más pobres, que hasta
los niños se mueren de hambre.
Siglos después, como la
madre tierra vuelve todo de su color y abono, unos americanos encontraron minas
de carbón y la explotan, llevándose nuestros recursos no renovables que un día
sembraron las garzas en la alta media y baja guajira, en el hoy departamento
del cesar y parte del magdalena en mi querida Colombia.
Las Garzas, reclaman sus
riqueza que un día ellas sembraron en todita la región caribe colombiana, a
través de los huevos de oro, que trajo la garza morena, con el fin de
enriquecerla y verla convertida en una región prospera con liderazgo nacional,
es más independiente.
El pato Ganso y la Garza
Morena española, no pudieron alzar su vuelo nuevamente, hoy reposan sus huesos
en la Macuira, una hermosa región de la alta guajira Colombiana, la de sus
paisajes bellos, la engreída, la altanera, la exótica, la que sus habitantes
esperan que le devuelvan sus huevos de oro, que un día una Garza Morena en sus
tierras sembró.
Dicen por allí, en las
reuniones Wayuu, en los corrillos de Maicao, Uribía, Riohacha, el Valle y hasta
en Barranquilla, que el Pato Ganso y la garza morena recobraron su estilo de hombre y mujer, viven en
Maicao, tienen unos almacenes de telas y asisten todos los domingos a la Ermita,
acompañado de una mujer morena clara, delgada ojos saltones, piernas delgadas
con unas zapatillas de oro, la llaman “La Española”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario