sábado, 13 de septiembre de 2014

LA GARZA MORENA

LA GARZA MORENA
Por Francisco Cadrazco Díaz
Escritor Colombiano de la Región Caribe



De las Islas Canarias, vino una garza morena con su pico afilado, sus ojos saltones, grandes alas y unas patas bien situadas, ella, se vino porque un pato ganso, su esposo, lo atraparon con una redes y lo subieron en un barco de carga comercial, sus compañeras de manada no quisieron acompañarla porque el viaje era muy largo, temían caer al mar y ser devoradas por un tiburón o por un cachalote viajero, de esos que se le pegan a los barcos, en busca de comida y desecho que arrojan al mar.

La imponente garza, voló alto, donde las nubes y las tormentas tropicales no la alcanzaran, con tan gran suerte que pasó un avión comercial, que llevaba ciento veinte pasajeros y tenía como destino Bogotá Colombia, venia procedente de Madrid y Cádiz España, los pilotos notaron la angustia de la garza por llegar a aeropuerto seguro, acercaron el avión a una distancia prudencial, con el fin de que ella los viera en el firmamento.

Lograron los pilotos el objetivo, se hicieron señas y a los treinta minutos llego un avión de las fuerzas aéreas de Colombia y la rescataron, la hidrataron le dieron de comer pescado y en su conversación narro la odisea en que estaba por la captura del pato ganso, su esposo.

El avión que traía a la Garza Morena, aterrizo en Cartagena Colombia y después de los rigores de protocolo entregaron a la garza a el zoológico de Barranquilla, la llamaron “La Española”, y le prometieron conseguir a su pato ganso, se dieron las autoridades a la tarea de requisar a todo barco carguero que venía de procedencias Islas Canarias en el centro del mar caribe.

Dieron aviso a las autoridades del canal de panamá por si seguían con destino a países del océano pacifico, hasta ese momento no se sabía del porque una Garza Morena viajaba de tan lejos, en busca de su parejo.

La Española, una garza libre en su territorio patrio, dentro de una manada de aves felices y ahora encerrada en un cuadro de tres por cuatro, sola y acongojada, decidió fugarse y salir en busca de su compañero, en un descuido del encargado de su alimentación alzo vuelo y cogió nubes, en el trayecto se le pegaron unas aves llamadas garza rosada, oriundas de la alta guajira Colombiana.

La invitaron a su morada, una hermosa playa tan grande que se pierde el paisaje en la mirada, fue aceptada después de dos días de deliberaciones por cuestiones de territorio, no por su color moreno, menos por su nacionalidad.

En el Zoológico de barranquilla, despidieron al encargado de cuidar a la española, con tan buena suerte que en el sitio donde estaba el ave, se encontró cuatro huevos de oro, con un peso cada uno de un kilo, se los llevó a su casa y se los metió a una gallina ponedora, multiplicándosele la cría de garzas ponedoras de huevos de oro.

La Española, cogió nueva pareja, no esperó a su compañero, de esa unión nacieron y crecieron una manada de garzas unas morenas y otras del color del sol, brillantes como sus huevos de oro, que ponen en las orillas del mar caribe en la alta guajira, tierra protegida por el estado, como reserva natural.

Otra fue la suerte del pato Ganso, que venía en un barco de carga, el cual hizo su arribo al puerto de Santa Marta, a quien le hicieron una requisa rigurosa, encontrando al ganso metido en una jaula, mal alimentado, triste y desplumado.

Ese que un día, le pasó el secreto a su compañera, para que ella fertilizara sus huevos de oro, que él había heredado de su madre la reina de un país lejano, que un día su padrastro lo convirtió en Pato Ganso y lo echo a volar bien lejos, para que no perturbara en la relación con su madre reina.

Le contaron la historia de la garza de oro y su deseo de encontrarlo, le mostraron los recortes de los periódicos donde ella pedía que encontraran a su pareja y regresarse a las Islas Canarias donde un día salieron los dos.

Después de recuperarse el ganso, alzo vuelo en busca de su pareja, la garza morena más linda de la Isla, siguió la costa, hacia el norte y pernotó, por cansancio y hambre el santuario de flora y fauna, precisamente donde se encontraba la garza de los huevos de oro.

Este ha sido el encuentro más grande y apoteósico que unas aves de alto vuelo han protagonizado, el ganso fue bien recibido por las garzas rosadas, hubo baile, con chicha maya por tres días con sus noches, el Ganso se hiso líder con el tiempo y ordeno enterrar los huevos de oro en la región más rica del mundo y a la vez más pobres, que hasta los niños se mueren de hambre.

Siglos después, como la madre tierra vuelve todo de su color y abono, unos americanos encontraron minas de carbón y la explotan, llevándose nuestros recursos no renovables que un día sembraron las garzas en la alta media y baja guajira, en el hoy departamento del cesar y parte del magdalena en mi querida Colombia.

Las Garzas, reclaman sus riqueza que un día ellas sembraron en todita la región caribe colombiana, a través de los huevos de oro, que trajo la garza morena, con el fin de enriquecerla y verla convertida en una región prospera con liderazgo nacional, es más independiente.

El pato Ganso y la Garza Morena española, no pudieron alzar su vuelo nuevamente, hoy reposan sus huesos en la Macuira, una hermosa región de la alta guajira Colombiana, la de sus paisajes bellos, la engreída, la altanera, la exótica, la que sus habitantes esperan que le devuelvan sus huevos de oro, que un día una Garza Morena en sus tierras sembró.


Dicen por allí, en las reuniones Wayuu, en los corrillos de Maicao, Uribía, Riohacha, el Valle y hasta en Barranquilla, que el Pato Ganso y la garza morena recobraron su estilo de hombre y mujer, viven en Maicao, tienen unos almacenes de telas y asisten todos los domingos a la Ermita, acompañado de una mujer morena clara, delgada ojos saltones, piernas delgadas con unas zapatillas de oro, la llaman “La Española”.

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