sábado, 9 de agosto de 2014

ASAMBLEA GENERAL DE ANIMALES

ASAMBLEA GENERAL DE ANIMALES
Por Francisco Cadrazco Díaz
Escritor Caribeño Colombiano


Con el fin de llevar a cabo una Asamblea General de Animales, el Loro Parlanchín, le pasó invitación de asistencia a todos los animales de la tierra y los exhortó a que hicieran un cese entre los que se eliminan cada día, por la subsistencia.

En la carta dice que no hay derecho a eliminar a ninguno de los asistentes, repartió la comunicación la Paloma Mensajera y la fecha de reunión era el treinta y uno de febrero del año primero a.c.

En la selva, compadre tigre, se reunió con la jirafa, y este le dijo que él no se presentaría a esa reunión porque no aguantaría las ganas de comerse a mano puerco, mano saíno y a tío conejo, a quien le tenía ganitas porque este lo engaño una vez cuando se encontraba cogido por la pata izquierda de atrás, en un lazo para coger conejos, allí le prometió que le daría a su mujer a cambio de que lo soltara, pero no fue así, tan pronto se vio libre se metió a la cueva, dio media vuelta dentro de ella y sacaba la cabeza y se burlaba de compadre tigre diciéndole que entrara a la cueva a buscar a su mujer.

En otro lado de la tierra, se reunieron tío gallo, mano pato, tío pavo y mamá gallina, ellos temían que tía zorra, vestida con caperuza, se los comería tan pronto pisaran las escaleras que dan al salón donde se efectuaría la Asamblea.

Llamo tío Gavilán pollero, a tía pigua, él bebe humo, al gavilán Garrapatero, además llego el golero cuello negro, el rey golero, la Laura, los coyongos y el pato cucharo, quienes comen sobrado después de las aves de alto vuelo, las rapiñas y armaron un plan para desestabilizar esa asamblea, donde seguro les iban a dar palo del físico.

En el centro de reptiles, apareció la boa y, las demás culebras ponzoñosas, allí llegaron en una moto dos cobra diarios y también formaron su plan maquiavélico, para sacar del camino a muchos animales y personas que le tienen fobia a las culebras rastreras y las que viven pegadas a los árboles.

El caimán de agujas y el de trompa larga, las babillas, el sapo, el caporo y la tortuga de carey, formaron su clan y edificaron estrategias para no dejarse sacar el cuero, menos los huevos.

Tío grillo, tía rana, la lagartija y la lobito casera, también se reunieron para contrarrestar a tía gallina, a las culebras, al lobito reptil que jala con la lengua a más de dos metros a su presa.

Tío burro, se reunió con tío mulo, mano caballo, tía cebra, estos iban dispuestos a no dejársela montar por los humanos, menos por los enanitos de los circos, tirarían coces hasta acabar con esa hegemonía del maltrato animal, no más carruajes para pasear a los turistas, no más sillas aperadas, no más angarillas y no más pintura negra con blanco, para que crean que soy una cebra.

Se llegó el día de la Asamblea de animales, en la puerta estaban cuatro goliras de esos bien acuerpados, requisando a todo el que entraba, fuera quien fuera, nada de armas, sables, perreros, biblias, códigos de leyes.

Todos fueron citados con vestido blanco y corbata negra, favor que le hicieron a los goleros y los coyongos, porque ya tienen corbatas, los que no pudieron entrar fueron los empleados públicos de corbata, a estos le prohibieron la entrada.

Las aves de vuelo corto y de mínima estatura entraron volando, como la mirla, el turpial, el canario, los toches, la rosita, el yolofo, las palomas torcazas, las tortolitas, la chicha fría, los chupa huevos, las maría mulatas y los demás aves pequeñas, tenían prioridad en las sillas de adelante, con una malla plástica de color negro para evitar desmanes.

El perro, el gato y las mascotas caseras, fueron con sus amos, estos se llevaron una rechifla al entrar al recinto por espacio de cinco minutos, les hicieron toda clase de mofa y el presidente de la Asamblea, por su puesto el  Loro parlanchín , no podía controlar a la turba.

La vaca, el buey, el toro cebú y el miura, se quejaron en sus intervención por la jalada de tetas dos veces al día, el buey por castrado y cachón y los toros por las banderillas y el maltrato en las corralejas.

Durante tres días, hablaron todos los animales que se sentían amenazados y los de vías en extinción por la mano del hombre, el burro, el caballo y el mulo, protestaron porque en la entrada les quitaron su sable, argumentaron que ellos eran militares y no han debido despojarlos de su arma de dotación.

La conclusión de la magna asamblea de animales, el ultimo día fue que la mayoría de animales no asistieron, su ausencia es motivo de investigación, se rumora que mano tigre y mano León desaparecieron media asamblea, a tío perro lo levantaron a piedra porque se quedó pegado a un poste eléctrico por más de una hora y tuvieron que echarle tierra para que se despegara.

A tía zorra la desplumaron en la noche, se dice que fue tío perro, el conejo cotilino, se fue para la verbena “A pleno Sol” y bailó con doña Ramona, la de francachela y comilona.

Tío burro se salió con la suya, enamorando de tía culebra, gorriones y gorrioncillos animaron la fiesta de despedida donde tío sapo, borracho, boqueo unos confidentes que tenía guardados y el día lunes lo despidieron del trabajo por bocón.

Se prohibió trampas de casar animales, maltrato a la mujer, maltrato doméstico a los que viven con los humanos, no a la tala de árboles, no a la contaminación ambiental, en especial a los cuerpos de agua y pidieron sueldos altos a sus patrones, por último, nombraron como nuevo  presidente de la asamblea a Juanjo, el Loro traído de la selva amazónica, quien prometió salud, educación, vivienda y que no se dejaría llevar los recursos no renovables para el exterior, el los renovaría aquí, en esta sufrida patria y por último los monos colorados aulladores de la selva vociferaron y pidieron paz, paz y paz.

Esta asamblea de animales fue, dando y dando, periquitos volando.






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