sábado, 8 de julio de 2023

EL PILON DE CEIBA ROJA

 



EL PILON DE CEIBA ROJA
Por Francisco Cadrazco Diaz
Escritor Colombiano


Por allá por la década de los cincuenta, cuando abrí mis dos ojos color café y mis oídos captaban el pun, pun del pilón, en la calle de las avispas en mi hermoso pueblo, me fui familiarizando con ese sonido, el cual cogió fama, cuando Miguel Emiro Naranjo, un Licenciado, lo escucho y de allí, con su banda de música sabanera, saco un hermoso porro. 

Puedo afirmar sin temor a equivocarme que ese pun, pun, pun , se escuchaba a las tres de la tarde en casi todo el pueblo, eran las mujeres de mi tierra, con un puño de arroz subido, metido en un pilón de madera tolua roja  dos manos de pilón, madera fina en forma de cachiporra desmenuzando el grano color marfil, sesnido en un catabre de bejuco Martín moreno, sacándole el afrecho, venteado hacia donde la brisa novenbrina corría.

No era fácil, porque debían las dos personas llevar esos compas y tratar por todos los medios mentales, no equivocarse en el pun pun, porque entonces se convertía en Pun Pan y caía esa porra en los dedos del otro par, o sea que saber pilar era un arte.

Las gallinas, pavos y cocadas, estaban a la expectativa de comer cada grano que el pilón votaba, hoy recuerdo a ese pilón de tolua roja y sus dos manos de pilar el arroz, el maíz y el ajonjolí, pero con más alegría recuerdo a mis dos hermanas Aida y Arelis, trenzadas en ese pun pun, les decía mi mama Chave Román, si no pilan el arroz, esta tarde no hay comida, mi persona colaboraba en algo, porque mi estatura y mi edad no me permitían pilar el sabroso arroz volado.


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