UNA HERMOSA
JINETTE POR EL CAMINO VIEJO
Por Francisco Cadrazco Díaz
Escritor Colombiano.
Por el camino viejo, lleno de historias, enmontado
por la maleza y el desuso, en las noches se escucha desde la carretera nueva un
taqui, taqui, taqui, las herraduras de los cascos de un hermoso caballo, más
cuando pasa por el puente de tablas crujientes
centenarias cortadas serruchadas
por los jornaleros, cuando mi linda Villa comenzaba a florecer.
Una tarde se formó una tormenta con rayos y
centellas, lo normal del corcovao y su
furia loca, se me hizo de noche y después de pensarlo decidí recorrer esos 12 kilómetros
que me separaban del pueblo, eché por delante al burro bayo con su carga y con
un bastón guayacán iba haciendo rayas en el camino, cruces y más cruces quedaron pintadas en el camino, presentí
que ellas me salvarían de todos esos mitos que se tejían en el parque a voz de
los mayores.
Con mis escasos doce años, la luna me guiaba de
pronto bajo la lluvia se iluminó el camino, como si alumbrara solo para mí,
sentí un calor corporal mis ojos vieron
a la Jinete, una mujer hermosa con piel de ébano, manto y túnica azul, cejas pobladas, cabellos largos, mitad hacia
adelante y el resto caía a la cintura, un caballo blanco bien aperado, delante
de mi recorrió el camino desde la entrada de Cayo la Tía, hasta la finca el
Ciso, salida al playón, me sonrío y con su mano derecha me señaló el camino
hacia mi hogar en la placita.
Taqui,
taqui, taqui, allí va la Hermosa Jinete, de color ébano con túnica Azul.
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