domingo, 7 de abril de 2019

LAS CHARADAS DE ROBERTICO





LAS CHARADAS DE ROBERTICO
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano

En el caribe Colombiano, o sea la parte norte, existen unos personajes con características especiales, que con solo hablar, se identifican de los demás, no le hacen daño a nadie, pero si distraen la atención y concentración de los presentes.

Tenía su padre una pequeña parcela de una herencia familiar, allí sembraban tabaco amargo, maíz, arroz y una huerta destinada para el Ganado. Una vez Robertico llevó a la parcela a su novia y los padres de esta, al llegar se los presentó a su padre, le guiñó el ojo izquierdo y dijo: Padre vamos a hacer un recorrido por la finca, repleta de ganado cebú, buen pasto, pero esa era del vecino, un hacendado que vivía en el exterior, pegada a la parcela  ordeñaba todas las mañanas las vacas del ganadero, parecía que fueran las de Robertico pero no. 

Decía Robertico a su Papa, para presumir delante de los padres de su novia, viejo voy a ordeñar las "vaca que pueda," contesta el Papa, vale hijo, yo ordeño "El Resto, Solo habían dos vacas La que pueda y El Resto.

Además de la Parcela Robertico manejaba un taxi en la ciudad y en las tardes después de la jornada llegaba a un depósito de comestibles a aprovisionarse y llevar para la parcela, ya los dependientes lo conocían y sabían que iba a salir con su charada, cargaba un palillo para limpiarse los entre dientes y lo cogió de costumbre.

Llegaba al depósito y saludaba muy amablemente a los presentes, acto seguido lo saludaban los dependientes, buenas tardes don Roberto que va a llevar, despacharme dos bultos de arroz, una lata de aceite, un bulto de azúcar, melaza para el ganado, dos bultos de sal yodada de esa de Manaure Guajira, un cuajo para cortar el queso, una caja de panela etc. etc.

Ya el dependiente sabía que era un pedido ficticio, solo llevaba, dos panelas, una libra de azúcar, dos libras de arroz, el aceite, una libra de sal y pare de contar.

Acto seguida miraba alrededor, como el deposito estuviera lleno soltaba la perra, vea muchachos como hay súper producción de leche, ahora para semana santa les voy a regalar un cántaro de leche a cada dependiente para que hagan los dulces y las panelitas, y ese día que venga a todos los que estén comprando en el depósito también les voy a regalar tres cucharones de leche, porque ese ganado de mi finca si está dando leche.

A don Camilo el dueño del Depósito le dijo que le compraba una Toyota todo terreno que tenía parqueada en la calle, don camilo le dijo que le diera ochenta millones, sin pedir rebaja, sacó una chequera del maletín y le expidió un cheque, los presentes se quedaron atónitos y para rematar se metió la mano al bolsillo y sacó un rollo de billetes de a dos mil pesos y les repartió a todo los presentes.

Esas eran las charadas de Robertico, sin saber que el futuro suegro era amigo del vecino de la hacienda, se encontraron los tres en un Supermercado y el hacendado le ofreció la finca al suegro de Robertico, este abrió sus ojos y miró a su futuro yerno, quedando este al descubierto y confesar que la finca por donde lo pació no era de él.

Esos personajes viven la vida sin complicaciones, su único fin es pretender embolatar a los demás.

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