lunes, 21 de agosto de 2017

LA VENGANZA DE UNA NOTA



LA VENGANZA DE UNA NOTA
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano


Fíjense ustedes que la figura de lo que hoy en tiempos modernos le llama BULLYING, donde han  penetrado frases en inglés, en tiempos atrás era la montadera, me la dedicaron, me tienen rabia, más se veía en los colegios y en particular en un colegio de Bachillerato en décadas pasadas.

El Profesor que enseñaba inglés a sus alumnos y alumnas, tenía una particularidad, esta se llamaba “El complot de las Bonitas”. Para ellas todo a cambio de una sonrisa, en cambio a los malucos y malucas del salón, esos pasaban al tablero y no se aceptaba una equivocación porque todos al unísono se burlaban, en especial al maluquito de Gaira, a él le caían todos los bultos.

Habían dos hermosas jovencitas hermanas, a una de ellas la atención desbordada del Profesor de Inglés, con lo que él no contaba, era que esa joven no se la dejaba montar de nadie, cargaba en su mochila atanquera un manduco de guayacán,  tenía unos argumentos de defensa para cualquiera que pretendía acercársele con malas intenciones, con decirles que a sus escasos doce años, fue elegida por votación unánime para el puesto de Secretaria en una Junta de Acción Comunal en su Bello pueblo, a esa edad, ya era docente de unos 20 alumnos mayores que no sabían leer ni escribir, los niños que  iban mal en la Escuela Primaria, se los mandaban a la seño Esther.

Esther, como rezaba en la papeleta de Bautismo llenada por su padre junto con sus padrinos, porque así se llamaba su tía, pero en casa y para todo el mundo tenía otro nombre, así quedó sentada en el libro de Bautismo, ella era la protagonista de tan excelente comportamiento en clase y para colmo era amiga del maluquito de Gaira, un filoso alumno en la asignatura de Ingles, él lo único fue que mi Dios lo echó al mundo así.

Como las pretensiones del Profesor, no fueron satisfechas, Esther pasó del complot de las Bonitas a la larga fila de las feas y la sacaron al frente a leer un manuscrito en ingles que contenía malas palabras, ese día peligró el puesto del flamante profesor, ella notó que su lectura era objeto de burlas, guardó la hoja en el único bolsillo derecho que tenía su uniforme de cuadritos y se dirigió a la Rectoría, le entrego la misiva al rector y de inmediato convocaron a una Junta de Educación, confrontaron al docente con la alumna y seis testigos del salón temerosos a los cuales Esther les decía “Van a hablar o no van a hablar, que hubo pantalones, que hubo pantalones donde están.

Ese día para recordar ayer en una tertulia familiar Esther se le sonrojaron sus pómulos, cuando de regreso al salón se encontró con la noticia que la habían cambiado de curso y que tenía un 1 (Uno), en Inglés.

Su otra hermana abogaba por ella, para que le compusieron la nota y la retornaran al salón, el profesor  le mandó a decir, que si llegaba a su apartamento le componía la nota y la reintegraba a el Complot de las Bonitas, su respuesta fue que ella iba, pero con su hermano mayor, un joven alza pesas.

El maluquito de Gaira era su aliado y esa conversación estaba al oído del rector que se encontraba a escasos metros del profe de Inglés, quien le manifestó a la alumna Esther, en tono burlón “Adiós Luz que te Guarde el Cielo, a lo que ella le contestó “A usted es que le van a guardar las manos en otra parte” y lo retiraron del Colegio.

Años después la pilosa alumna Esther iba por una calle bordeando la acera, contoneando sus caderas y a la mirada fija de los masculinos,  de reojos miró una camioneta último modelo que venía justo hacia su humanidad, de un salto subió al andén y por poco hoy no estuviera narrándome este cuento, era el Profesor de Inglés que intento arrollarla con su vehículo por la Venganza de una nota de Inglés.

De ese pleito se encargó el Maluquito de Gaira a quien su amiga Esther le dio el poder escrito para que como Abogado Litigante y de los mejores, se encargara de hacer pagar al Profesor de Inglés por el intento de homicidio premeditado y con alevosía y resarciera a su alumna Esther, la más hermosa joven del salón de clases.



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