S7, S8, S9 –
EL CABO LEYTON
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano
En mi pueblo querido reina la
camaradería, los sobrenombres están a la orden del día, muy pocas personas se
salvan de los apodos, a mi persona me llamaban El Cubita y no conozco a Cuba, hay Cabos, sin Grados, Prensillas y Charretelas, pero al
fin cabos, hay uno que pagó el servicio militar, el cabo Leyton sacó su libreta
militar, distinción honorifica firmada por el propio Presidente de la Republica
de Colombia y de una lo empacaron para una empresa de vigilancia, transcurrieron
los años y una noche presentó síntomas
de 9.41 (loco), debido a los trasnochos excesivos.
En la tarde fue al mercado y
compró un pescado boca chico salado cienaguero de cholén, yuca y limón,
dispuesto a hacer una viuda y desayunar temprano al día siguiente para coger
turno. No midió el tiempo, se levantó e hizo su viuda, la dejó reposar y comió
hasta no querer más, se alistó y salió a la calle en busca del trasporte que lo
llevaría a su trabajo.
El sereno lo saludó y le
preguntó qué porque a coger turno a media noche, allí fue donde miró el reloj y
sus manecillas marcaban 02:35: 36789 segundos. Se sobó la frente, dio media
vuelta y se incrustó en su casa, se subió a la hamaca y despertó a las 09.00 am, ese día
no fue a trabajar, su esposa lo recriminó por su actitud y le dijo Leyton, cero
y va una.
La segunda vez que el Cabo
Leyton le falló la memoria, se subió a una ruta de bus intermunicipal, puesto
de los músicos, ventanilla preferencial y zas, se quedó dormido, un Barranquillero de esos mamadores de gallo y gallina, en una parada de semáforos
lo vio por la ventanilla dormido, se le acercó y le coloco con fuerzas los
cuatro dedos de la mano derecha en la mejilla de Leyton, este se sobó y siguió
soñando, su parada era a mitad de camino, llegó el bus a su destino y el único
pasajero que divisó el conductor por el retrovisor fue al Cabo Leyton dormido,
babeado y roncando, oiga amigo, despierte para donde va usted, se sobo la cara
y dijo voy para el Concord, hombe mi amigo ya está en Santo Tomas. Su esposa lo
recriminó por segunda vez, por llegar tarde y con cara de dormido. Cero y van
dos.
Y se fue deteriorando el Cabo
Leyton, no hay tiempo que más desgaste a un humano que la perdida de sueño, su
cabellera blanca, sus pasos cortos, treinta años de trabajo y a falta de edad
suficiente para pensionarse, en su puesto de trabajo y junto a sus compañeros, ojo de espía era la consigna General y una específica, reportarse ante el SS,
tres veces en la noche vía radio de
comunicación.
SS a S1, Sin novedad SS. SS a S2, Sin Novedad SS, SS a S7, Sin Novedad SS. SS
a S8, SS a S8, SS a S8, SS a
S9, Sin novedad SS, SS a S10, Sin Novedad SS.
SS a S7 pásele revista a S8 que
no contesta al llamado de reporte, llega S7 al puesto de S8 y le pregunta porque no se reportó, S8 le
dice, no a mí no me han llamado. Cero y
van Tres, lo empapelaron y lo mandaron al Psicólogo, de allí al médico general,
este le recetó un purgante de paico, después comer Hígado licuado, ojo de vaca en sopas, Zanahoria cruda,
bolitas de lentejas y carne molida, Ensalada
de Espinaca y un frasquito de Apetigen.
Su penúltimo evento, sucedió
en un transporte Inter-municipal, venia del trabajo, se subió, pago su pasaje,
se acomodó y despertó llegando a una estación de policía, allí notó que el bus
venia de regreso, preguntó que pasaba y le contaron que un pasajero no quería
pagar el pasaje, entonces el conductor dio vueltas y se regresó a la estación
de Policía ya Leyton se había pasado del sitio donde se iba a bajar.
Y para cerrar este Cuento lo
último que hizo el Cabo, salió bien temprano 05:30 a coger turno de vigilancia,
eran las 08:30 y no había llegado, tiempo suficiente de espera para reportarlo,
llamaron a su esposa, ella contestó que el salió a las 05:30 a trabajar, el SS
le comentó que no había llegado, su esposa lo llamó diez veces y no le
contestaba al celular, en un bus Inter-departamental el vecino del puesto A5, codeó
a Leyton, oiga señor conteste el celular lo están llamando con insistencia, a,
a , a contesto sorprendido el vigilante, aló aló, Leyton mijo usted por dónde
anda, contestó voy en el bus para el trabajo, como así, o sea que usted no ha
llegado por donde va, y Leyton le pregunta al vecino que en que bus van y por
donde se encuentran.
A respuesta del vecino de asiento,
este bus va para Cartagena y vamos llegando a Luruaco, le contesta a su esposa,
mija este bus y que va con destino a Cartagena y va pasando por Luruaco, a su
esposa se le salieron las lágrimas y dijo vea mijo páseme al señor de al lado y
le dijo que si él iba para Cartagena le pedía encarecidamente un favor, esperar
un poco en la Terminal que ella iba a llamar a un familiar para que recogiera
al Cabo Leyton, que al parecer estaba 9.41.
Nuevamente el familiar lo
embarcó en Cartagena y lo recomendó al ayudante del bus, que no lo dejara bajar
en el camino que en la Terminal de
Barranquilla lo estaban esperando.
Por ultimo a S8, lo
valoraron y en la empresa decidieron pensionarlo por Sanidad, por su buen
comportamiento y ejemplar servicio le concedieron su pensión al 100%. Su esposa
lo atiende y le aplica la fórmula del ojo de vaca en sopa y ya está recuperado
totalmente.
Un Cuento enmarcado en la
realidad, como casi todos los Cuentos.
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