domingo, 9 de julio de 2017

DO GUMERSINDO



DO GUMERSINDO
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano

Todos los(Do) días Gumersindo (La Choyita).Sobrenombre por su coposa cabellera negra. Salía bien temprano con un Bangaño en el hombro a recoger agua en el pozo de Palo Alto, en donde se situaban las lavanderas y había que hacer filas para recoger el agua. Joselina Aguilar era una señora habitante del pueblo, su carácter era un poco fuerte y vivía tropezándose con las demás mujeres que acudían a lavar ropa ajena.

Ese día en particular la doña no había encontrado con quien pelear y preciso iba llegando el muchacho, lo miró de arriba abajo y lo mandó para la cola de personas, Gumersindo la miró de reojos y sabía que se la iba a velar o montar, nada más por ser  muchacho e hijo de su mamá, con quien la Aguilar no se las llevaba, ella sabía los tapados que tenía.

Nuevamente se le acercó y le dijo en voz baja al oído de Gumersindo, mira mocoso dile a tu mamá que ella es un Piojo delante de mí. Le quiso decir que la mamá de Gumersindo era una ignorante de las cosas de la naturaleza humana y de la vida, donde esa hermosa señora es la mano del pueblo, siendo el pastel al revés, tremenda ofensa que cometió la Aguilar, ella nunca se había metido con la mamá de Gume la Choyita, una señora respetada, matrona del pueblo a quienes muchos jóvenes le debían la vida, ya que ella los ayudó a venir a este mundo.

A las dos horas de hacer fila para cargar el agua, La Choyita llenó su bangaño, se lo subió al hombro, momento que aprovechó la Aguilar y nuevamente le vociferó al oído ve pelao maluco dile a tu mamá que ella es un piojo delante de mí, a lo que el Gumersindo de la rabia, dejó resbalar el bangaño por su espalda y se hizo cincuenta pedazos.

Llegó a su casa  jipiando y le costaba respirar, su mamá al verlo, lo interrogó, allí fue donde la Choyita soltó la rienda, acordándose de cuantas veces la Aguilar lo ofendió y al estilo la chilindrina dijo:

Estaba yo en el pozo para jarrear el agua en el bangaño, la señora Joselina Aguilar  me miró a medio lado de su ojo derecho y se vino contra mí, dijo que usted era un piojito delante de ella, que ella se  las sabía toditicasss y las que no las apuntaba, después cuando llené el bangaño me lo empujó y cayó al suelo y se hizo mil pedazos.

Ya a esas explicaciones, su mamá se llenó de ira y fue perdiendo la cordura que la caracterizaba, la abuela de la Choyita que escucho a Gumercindo (Que en lengua Kankuamo, significa, niño o muchacho),  le dijo a su hija que viniera para hacerle una trenza en su larga cabellera, terminada la faena, se sopló los puños con aire caliente de su boca, convidó a Gume y salieron para el pozo, ninguno de los dos caminaba, iban volando de lo apresurado del asunto, Yo un piojito delante de ella, se habrá visto semejante atrevimiento.

Cuando la señora y su hijo Gumersindo dieron cara en la curva a unos metros de distancia del pozo, las lavanderas abrieron una circunferencia y dejaron a la Aguilar en el centro, con su pelo esparacao como trapero viejo, no hubieron palabras de preguntas, ni reclamo, fue dando y dando, las presentes se extrañaron porque la mamá de Gume es una señora a cabal, herencia de sus antepasados, pero a esa ofensa, no había piojo que quedara vivo en la cabeza de la Aguilar.

Las dos mujeres cayeron al suelo enmarañadas y a la Aguilar no le quedo un piojo en su cabeza, fueron contados uno por uno por el circulo de mujeres presentes y por Gumersindo su hijo que gritaba, dale mamá, acordándose de los ataques verbales  que le hacia la Aguilar todos los santos días de su corta existencia, ahora es un hombre al servicio de las personas que sufren algún mal.

Al día siguiente de la bifulca en el pozo de Palo Alto, el silencio reinaba en el pueblo, más no en el pozo, todas las mujeres extrañaban la no presencia de la Aguilar, que al tercer día se supo de su paradero, se mudó de Atanques para el Ático de los Indios, la vergüenza se apoderó de su mente, dejó la razón con el cachaco de la tienda, pidiendo perdón y disculpas a Gumersindo La Choyita y a su querida madre, dos personas de bien y haciendo el bien.




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