sábado, 23 de julio de 2016

PABLO JOSÉ Y LA HORMIGA ASESINA


PABLO JOSÉ Y LA HORMIGA ASESINA
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano Región Caribe


Caída la tarde, Manuela María le dijo a su esposo que comiera algo suave para que la digestión fuera rápida y no se le fueran a presentar problemas de pesadillas como en otras ocasiones, pero Pablo José con la terquedad de los sesenta y tres años no le hizo caso a su esposa, fue calentando un medio bocachico frito, buscó limón y le echó en el ojo al pescado para que le ardiera, lo acompañó con yuca parafinada y un jarrón de guarapo de panela Ceciliana.

Después de tremenda cena, sacó su taburete espaldar de cuero de vaca muerta y lo recostó a una madrina de matarratón seco en la puerta de la casa, como siempre lo hacía, los vecinos pasaban con la luz tenue de una electricidad deficiente y entre oscuro y claro lo saludaban: “Adiós don Pablito”, si estaba despierto contestaba adiós fulanito, si estaba dormido el saludo seguía su curso y se estrellaba en el muro de la pared.

Entre sueño y medio dormir comenzó la odisea de la hormiga gigante, Tulio su vecino pasó y lo saludó, su respuesta entre cortada fue: La hormiga gi gi gi y más nada, ya a las 00:00 meridiano, o sea a media noche, Manuelita se despertó, tiro su brazo derecho y no estaba en la cama Pablito, como un resorte se levantó en paños menores y allí en la entrada de la casa, puerta principal estaba sentado gimiendo y llorando el viejo Pablito.

Pablito, Pablito, que te pasa viejo: con su lengua volteada a medio lado le contestó: La hormiga asesina, quítame la hormiga asesina, Manuelita temblaba del susto y lo sobaba por casi todo el cuerpo, menos en el parpado del ojo derecho, que ya a esas horas lo tenía hinchado de la picadura de una diminuta hormiga llamada en mi tierra ají molido, que había descargado su veneno en tan delicada parte del cuerpo de Pablo José.

¡Claro!, te lo dije Pablito, ripostó Manuelita asustada y enfadada, a deshoras de la noche no comas pescado frito con yuca y agua de panela, esa es una bomba de tiempo para ti, por tu edad, mejor bébase un vaso con agua y se acuesta, así no vas a llegar a los 115 años vivo.

Esta historia me la contó Pablo José cuando cumplía sus primeros 63 años, de eso hacen 52 años. Ya Pablito cumplió sus sueños y metas en esta vida, ya no se pertenece, sigue diciendo que la hormiga asesina lo está matando y acusa a su esposa Manuelita que ya se fue hace tiempos, de no darle alimentos.


La Longevidad es buena, hasta que llega la demencia, 115 años no es nada y es toda una larga vida, sueños para contar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario