PABLO JOSÉ Y LA HORMIGA ASESINA
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano Región Caribe
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano Región Caribe
Caída la tarde, Manuela María
le dijo a su esposo que comiera algo suave para que la digestión fuera rápida y
no se le fueran a presentar problemas de pesadillas como en otras ocasiones,
pero Pablo José con la terquedad de los sesenta y tres años no le hizo caso a
su esposa, fue calentando un medio bocachico frito, buscó limón y le echó en el
ojo al pescado para que le ardiera, lo acompañó con yuca parafinada y un jarrón
de guarapo de panela Ceciliana.
Después
de tremenda cena, sacó su taburete espaldar de cuero de vaca muerta y lo
recostó a una madrina de matarratón seco en la puerta de la casa, como siempre
lo hacía, los vecinos pasaban con la luz tenue de una electricidad deficiente y
entre oscuro y claro lo saludaban: “Adiós don Pablito”, si estaba despierto
contestaba adiós fulanito, si estaba dormido el saludo seguía su curso y se
estrellaba en el muro de la pared.
Entre
sueño y medio dormir comenzó la odisea de la hormiga gigante, Tulio su vecino
pasó y lo saludó, su respuesta entre cortada fue: La hormiga gi gi gi
y más nada, ya a las 00:00 meridiano,
o sea a media noche, Manuelita se despertó, tiro su brazo derecho y no estaba
en la cama Pablito, como un resorte se levantó en paños menores y allí en la
entrada de la casa, puerta principal estaba sentado gimiendo y llorando el viejo
Pablito.
Pablito,
Pablito, que te pasa viejo: con su lengua volteada a medio lado le contestó: La
hormiga asesina, quítame la hormiga asesina, Manuelita temblaba del susto y lo
sobaba por casi todo el cuerpo, menos en el parpado del ojo derecho, que ya a
esas horas lo tenía hinchado de la
picadura de una diminuta hormiga llamada en mi tierra ají molido, que había
descargado su veneno en tan delicada parte del cuerpo de Pablo José.
¡Claro!, te lo dije Pablito, ripostó Manuelita asustada y
enfadada, a deshoras de la noche no comas pescado frito con yuca y agua de
panela, esa es una bomba de tiempo para ti, por tu edad, mejor bébase un vaso
con agua y se acuesta, así no vas a llegar a los 115 años vivo.
Esta historia me la contó Pablo José cuando cumplía sus
primeros 63 años, de eso hacen 52 años. Ya Pablito cumplió sus sueños y metas
en esta vida, ya no se pertenece, sigue diciendo que la hormiga asesina lo está
matando y acusa a su esposa Manuelita que ya se fue hace tiempos, de no darle alimentos.
La Longevidad es buena, hasta que llega la demencia, 115
años no es nada y es toda una larga vida, sueños para contar.
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