domingo, 6 de septiembre de 2020

EL PATO CUCHARO

 


EL PATO CUCHARO
Por Francisco Cadrazco Díaz 
Escritor

 

Vivía Demetrio con su esposa y sus ocho hijos a orillas de la ciénaga de doña luisa, siempre se quejaba porque venían del pueblo a casar las aves  que llegaban a alimentarse a la inmensa ciénaga, una mañana se levantó Demetrio, miró al fogón de leña y su mente le comunicó que no había nada que cocinar, se quitó el sombrero, se pasó la mano por su frente y mentalmente le dijo a mi Dios, señor alimenta mi cuerpo, mi alma y el estómago de mi prole,  dio cinco pasos hacia el patio y en ese instante cayó del firmamento un hermoso Pato Cucharo (Cucharo por su pico, en forma de una cuchara), botó el sombrero y corrió a cogerlo. No lo iba a dejar volar, estaba herido con unos tiros  de escopeta impregnado en su cuerpo, cuando ya lo tenía levanto su vista hacia el palo de mango frondoso por donde iba a salir el sol.

Llamó a su esposa y le dio la buena nueva, ya tenemos comida mi amor, ajunta el fogón y calienta el agua, era la supervivencia, además en ese tiempo lo que habían eran patos en esa ciénaga. Buscaron los condimentos, montaron la olla de barro el cucharon de palo, la yuca y lo demás.

Cuando estaban las sopas hirviendo llegó a la puerta el cazador de aves, buscando un pato Cucharo a quien le había disparado hacían media hora, y le dijeron que había caído en ese patio, Demetrio lo atendido amablemente, lo hizo seguir a la cocina y le contó que el pato cayó en sus predios y con él iba a alimentar  a su familia, que lo que podía hacer era darle participación de ese manjar, el cazador pretendía a las malas que sacaran el pato de la olla y se lo entregaran, al fin después de una larga conversación llegaron a un acuerdo, que tan pronto estuvieran las sopas, sacarían al pato de la olla y se lo entregarían.

Así se hizo, ya despidiéndose el cazador, escucharon un zumbido en el patio y salieron a ver que sucedía, era un coyongo, ave de ciénaga de cuello negro más grande que el pato Cucharo, la señora  de Demetrio lo cogió y en tono alegre y jocoso le dijo al cazador, este también le disparó usted, se lo quiere llevar?. El hombre agachó la cabeza y se marchó con su pato Cucharo hervido y desabrido.

“Al que le van a dar, le guardan”.


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