EL HACENDADO
Por Francisco Cadrazco Díaz
Escritor
Un hacendado compró una semilla de Pasto de muy buena calidad, para
sembrarla en sus potreros, tan pronto cayera el primer aguacero, la tierra
estaba árida, hacían cinco meses que no llovía, Otoniel su vecino hacia lo
imposible por darle de comer a sus cuatro vacas, dos caballos cinco mulos y
tres burros. Siempre Otoniel tenia palabras con su vecino porque este le
reclamaba el mal comportamiento de sus mulos, que se pasaban para la gran
hacienda, solo le quedaba callar y hacerle la venía al hacendado.
Mandadito de mi Dios, cuando el hacendado venia en su camioneta los
cinco bultos de semilla se salieron del platón de la camioneta cuando iba
pasando por la parcela de Otoniel y la brisa la esparció en su terreno, nadie
vio nada, cuando el Hacendado llega a su finca ordena a los trabajadores bajar
los bultos de semilla, al no encontrarlos le informan al patrón, este se
devuelve, hace el recorrido y no encuentra nada, llega al almacén ganadero e
informa que los bultos de semilla no llegaron, el dueño del almacén pregunta
quien subió los bultos a la camioneta, los tres trabajadores se miran y dan un
no, el dueño del almacén ordena subir los cinco bultos de semilla al vehículo,
supervisados por el dueño del almacén y el hacendado.
Llega el primer aguacero, siembran la semilla de pasto en la gran
hacienda, a los días va creciendo y se percatan que no es de pasto sino de
arroz, mientras tanto en la parcela de Otoniel va naciendo tupida la hierva y
al mes ya daba un metro, tan así que se metió en la gran hacienda. Al notar el
hacendado le va a hacer la reclamación a Otoniel y este le dice, pues blanco
hagamos cambio, a mí me sirve ese arroz y a usted la hierba de mi parcela, fue
tanto el arroz en cosecha que Otoniel con ese dinero le compró la hacienda al
Blanco, y este tan pronto el ganado se comió el pasto, tuvo que venderlo porque
no tenía hacienda, tampoco con que darle de comer al ganado. Sii, señóoo.
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