jueves, 22 de noviembre de 2018

LAYUMAY, UN PUEBLO FANTASMA






LAYUMAY, UN PUEBLO FANTASMA
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano


Lou den, padre de tres hijos, Faver, Lou Jr. y Filippo, su madre falleció al parto del ultimo, se criaron en la hacienda Paragüitas, eran buenos jinetes, vivían del campo y la ganadería, actuaban los cuatro como uno sólo, Filippo el menor cumplía años de nacido, su padre y hermanos lo mandaron al pueblo a buscar un dinero al banco, cosa que cuando regresara a paragüitas el agasajo estuviera preparado, sacrificaron un becerro, tres pavos y cinco gallinas e invitaron a los amigos de Filippo, pero este no llegó al transcurrir de la noche los amigos se fueron y sus familiares se preocuparon.

Bien temprano ensillaron sus caballos y siguieron el camino desértico por donde Filippo tenia que transitar para llegar al pueblo, a mitad de camino encontraron el sombrero del joven y huellas de personas, según su padre eran como treinta en total, siguieron camino entre lomas y piedras al llegar al pueblo fantasma, escucharon disparos.

Apresurados apretaron riendas a sus caballos y a galopes encontraron a su hijo y hermano con una insolación, le dieron agua de sus cantimploras, el joven reacciono, miró a su alrededor y vio su caballo, un hombre boca abajo que al voltear-lo era la persona que lo había abordado en el desierto y con engañifas le dio con la cacha del revolver y se le llevó su caballo.

También contó a su padre y hermanos que era el forajido que tenia azotado al pueblo de Layumay, al que el defendió como Aguacil, preguntó por Luisa, sus familiares desconcertados le atribuían su estado mental a la insolación en el desierto.

Su padre le contó que Layumay era un pueblo fantasma con una leyenda, que el Forajido Tommy y sus matones los desalojó hacen dos siglos y que ellos sólo esperaban que un hombre valiente los liberara de los forajidos, dicen que murió mucha gente y que el resto que quedó vivo se arrastraron por el desierto en donde divagaban en las noches de luna llena, también le contó que el Forajido Tommy abordaba a los transeúntes del desierto y les quitaba su caballo y el dinero que llevaban.

Filippo les dijo a su padre y hermanos que el pueblo estaba cerca que lo acompañaran para rescatar a Luisa, el empeñó su palabra que volvería por ella.

A sabiendas su padre aceptó llegar al pueblo Fantasma Layumay, en donde solo consiguieron desolación y como en el oeste americano las bolas de hierva seca corrían por su única calle. Filippo no lo podía creer, hacían tres horas aproximadamente estaba allí rodeado de hombres y mujeres, temerosos a enfrentarse a Tommy y sus forajidos que cuando llegaban desolaban el pueblo y mataban al alguacil.

Filippo se tocó el pecho y si, tenía la placa de Alguacil y recordó que Luisa lo convenció para que liberara a su pueblo de Layumay de Tommy y sus forajidos, también estaban las barricadas en la entrada al pueblo que él Filippo como Alguacil ordenó a su gente del pueblo colocar para defenderse de los Forajidos, el convenció a el pueblo que los acompañara a buscarlos y darle de baja, cosa que en la mente de Filippo sucedió.

Ya convencido que sus familiares no le creían emprendieron viaje a la hacienda paragüitas, antes dio la ultima mirada al pueblo desolado y asoleado en medio del desierto y justo, estaba Luisa en la puerta de su casa, la mujer que dijo que lo quería, se tocó sus labios y allí estaban sus besos, la figura se iba desapareciendo a medida que Filippo y sus familiares avanzaban hacia su finca Paragüitas.

La Leyenda cerró su siclo, al enfrentarse Filippo y los hombres del Pueblo Fantasma, al temido Tommy y sus Forajidos.


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