LA MEDIA VACA
Por Francisco Cadrazco Díaz
Escritor Colombiano-Costa Norte.
Por Francisco Cadrazco Díaz
Escritor Colombiano-Costa Norte.
Osvaldito Ramírez Suarez, es
un tipo dicharachero, nacido hacen 74 años en la Jagua del Pilar, después se
vino para Mariangola y por ultimo a Barranquilla, pero Osvaldito no olvida a
sus familiares, regados en toda la Guajira y Cesar, por eso aprovechaba las
vacaciones laborales y se iba a pasear.
Toda persona que uno nombre en
esos dos departamentos, él sale diciendo que son sus familiares, o que los
conoce, una vez su hermano mayor Geño Ramírez Suarez, residente en la Jagua del
Pilar, le mató una vaca para que se la trajera para Barranquilla, la
compartiera con sus 9 hijos más su querida esposa, su hermano la empacó en diez
costales de fique y se los montó en el platón de una camioneta Ranger Guajira,
que Osvaldito tenía.
De paso, subió a Urumita a saludar
a unos amigos y conocidos, como Los Liñán, los Annicchiarico, y a Eder Rojas García le dejó un bulto de la
res, de los diez que le empacó con todo el cariño, su hermano mayor.
Cuando Osvaldito llegó al
Valle, fue a saludar a su sobrino Dimas Durán, allí le dejó un bulto y a su
pariente Alfonsito Ramírez le dejó otro, para que los repartiera entre Armando,
Henry y Luis Alfonso de los diez bultos que
traía con la vaca muerta, después paso a Aguas blancas y le dejó un bulto a
Álvaro Escobar y uno para el Profe Wilmar Villalba.
En Mariangola le bajo un bulto a unos
familiares, en Bosconia la policía le decomisó un bulto para hacerle una
prueba, a ver si eran robados o tenían aftosa y por último se topó en la
carretera, a la altura de Ciénaga con el compae Sico, que iba para Aguas
Blancas y Urumita, por el aprecio y el compañerismo de empresa, le regaló un
bulto.
Cuando llega a su residencia
en Barranquilla, le dijo al gordo, uno de sus hijos que bajara el resto que
quedaba de los diez bultos de la vaca que salió de La Jagua del Pilar y han de
creer ustedes, señores lectores de mis cuentos, que todavía quedaba MEDIA VACA,
o sean cinco bultos.
Como para enderezar el cuento,
Osvaldito se quedó pensativo, a lo mejor comenzó a sumar y las matemática le
fueron inexactas, y fue cuando expresó verbalmente que, él estaba hablando con los parientes y
no sabe si su ayudante bajo o no los bultos, desde ese día a nuestro querido
amigo, a quien estimamos mucho, le llamamos MEDIA VACA.
Después de tantos años y ya
pensionados ambos, nos topamos en servicios médicos donde acudimos a hacernos
los controles rutinarios, y me volvió a nombrar uno por uno a sus familiares en
la Jagua, en Urumita, en el Valle, Aguas blancas y Mariangola, en ese instante
de mi vida, me acordé de este hermoso cuento.
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