domingo, 3 de abril de 2016

LA HERMOSA MARIPOSA ENCANTADA

LA HERMOSA MARIPOSA ENCANTADA
Por Francisco Cadrazco Román
Escritor Colombiano Región Caribe







En el bello Jardín de mi Hogar, en el traspatio donde las Gardenias, los Tulipanes, los nardos, las rosas rojas, amarillas y cobrizas, con dulzura y amor abrían sus pétalos, después de un roció  natural de la creación de mi Dios, se presentaba una hermosa mariposa, imposible adivinar sus múltiples colores,  aleteaba al chupar el néctar y cargar en sus patas el polen de la reproducción de la Naturaleza, angustiada por su corto tiempo de vida.

Ella sabía que mi persona la estaba observando fijamente, angustioso ejercicio que solo duraba unos pocos minutos porque ella revoloteaba, pasaba sus largas alas por mis narices chatas, hacia una circunferencia en el aire y partía siempre a la misma dirección, cuando iba a cinco metros de distancia se desaparecía, espabilaba varias veces, me pellizcaba en el antebrazo derecho y gritaba Uuuuuuuuuuuz.

Comprendía que no era la misma mariposa de ayer, era otra semejante, pienso que cambiaba de ropaje,  me adoraba, ella lo demostraba todos los días de mi vida me dejaba una sensación de amor, de felicidad, para mi esa mariposa representaba alguien que me quería de verdad, sentía sus aleteo en mis oídos, ya unas personas que saben el tejemaneje de lo humano, de lo divino, del más allá, me lo habían confesado, pero a pesar de mi fe ciega en el creador, tenía mis dudas.

Tengo que confesarles que un día cansado de la misma operación con la Mariposa encantada, saque la rula colín del armario de Herramientas y me dispuse a podar el Jardín, tres machetazos a la derecha y dos a la izquierda, no importando si estaba florecido, no acordándome que la mariposa iba a regresar a la hora en punto de su corta vida a ofrecerme sus coqueteo, confundiendo mi mente si eran de amor o de amistad sincera.

Por ultimo vendí mi casa de habitación, recogí mis chécheres y me largue para donde la brisa da la vuelta,  tan pronto llego, me encuentro con un inmenso Jardín al frente de la nueva vivienda, el cansancio del traslado de mis enceres, me venció el sueño, fue cuando supe que la Mariposa Encantada habitaba en mi alma, ni siquiera en mi corazón, óigase bien, en mi alma.

Me dijo: Porque te fuiste dejando ese hermoso Jardín donde yo me deleitaba viéndote con mis ojos en las alas, pensaste que te ibas a librar de mí, grite internamente, mi esposa no me escuchaba, hasta que la memoria gris dio la orden y brinque de la cama como un resorte de amortiguador de vehículo y fui a tener a la puerta principal de la alcoba, mi compañera desde hace treinta años, que sabe de mis aventuras nocturnas mentales, también salto de la cama encendió la luz y me dijo, tenías pesadillas, estas pálido, todo atormentado, sin saber la realidad de la Mariposa Encantada u otro ser de mis pensamientos, esos que vuelan muy alto y siempre están donde ellos quieren estar.

No volví a ver esa hermosa Mariposa, no una cualquiera, esta era bella, indescriptible, pero estaba seguro que iba a regresar, me dispuse a sembrar gardenias, rosas y fonches en el inmenso traspatio de mi nuevo hogar, allá donde rugen las piedras que arrastra el río, donde la fertilidad de la naturaleza pario árboles inmensos, donde anidan los pájaros Péndulo, se mecen los micos rojos aulladores,  aquí se siembra una mata  de yuca y da cosecha para un año y más, en fin un hermoso paraíso encantado como la bella Mariposa, a quien la bautice como Z.

Z, la última letra de la abcdario, la misma que ayer bien temprano se presentó revoloteando, meneando su cuerpo diminuto cual bailadora Árabe en concierto familiar, con el aplauso de los presentes y con su mirada fija en mí.

El palpitar de mi corazón era tan fuerte que mi cuerpo se contoneaba, no podía perder esos momentos con la mariposa y salió de mi garganta las palabras que emitió mi mente: Volviste mi Mariposa Encantada, quédate conmigo que yo te necesito, hay un inmenso vacío en mi alma que no sé quién me lo dejó. Me dijo  con voz entre cortada, fui yo mi hermoso hijo, mientras se trasformaba en una hermosa mujer árabe o Hindú, ataviada de ropas de colores igual a la mariposa, yo te parí en tu pasado mundo, estaré en tu mente y en tu corazón, dio dos vueltas alderedor y se marchó. 

Ahora mi sufrido corazón  descansa y se abre paso a otras locuras de la mente y del alma.

Adiós mi Hermosa  Mariposa Encantada, madre en mi mundo anterior.


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