domingo, 3 de enero de 2016

TENGAN CUIDADO CON LA COMADREJA

TENGAN CUIDADO CON LA COMADREJA
Por Francisco Cadrazco Díaz

Escritor Colombiano Región Caribe.


Se secaron las playas de agua dulce del gran río que nace en el nudo de Paramillo, se cerraron los chorros por donde la corriente del río mayor fluía sus aguas e invadía territorios de su hermano menor, tiempo de verano época propicia para improvisar canchas de juegos, donde el agua un día formaba remolinos y llevaba en sus espaldas taruya y tapones criaderos de culebras y nido de las famosas hormigas viajeras llamadas candelillas o ají molido.

Allí venia la Comadreja con sus crías, cabeza levantada parada en sus dos patas, pendiente a los enemigas que viajaban en el gran tapón que se desprendió por allá por las altas cordilleras afluentes del gran río.

Al llegar el río a la curva de la boca de la metra el tapón se desvió y fue a parar a una de las doce ensenadas o playas de la gran Villa, se estacionó a dos kilómetros de distancia del puerto comercial, todos los animales abandonaron su hábitat, menos la Comadreja, esperó que David estacionara su canoa grande y pesada, que duraría allí todo el verano. Cinco meses para después ponerla en circulación comercial y cargarla con plátanos, panelas, yuca, ajonjolí, maíz y arroz, sacado de las plantaciones de rabón, la sierpe, Cecilia y Ayapel.

En tiempo de abundancia, cuando los campesinos sembraban y recogían cosechas, la depositaban debajo del techo de sus casas para esperar el tiempo de invierno, sin saber que un roedor les iba a causar daño.

Ya instalada la Comadreja debajo de la canoa de David, un animal netamente recolector, con sus garras cavó un hueco de cinco metros y conformó su madriguera, de allí salía a buscar alimento para su gran familia.

La señora Josefina, surtía su tienda todos los sábados y ya para el día lunes la veía un poco vaciada de productos, a Joche el carnicero se le perdía una pata de la vaca en un descuido, a mañe le subsionaban el cántaro de leche y la medida no daba, los pescados que asoleaban las hermanas pierris, en el patio de su casa, le faltaban cien bocachico, al sacerdote se le perdían las hostias sin consagrar, a pocho le sacaban la yuca debajo de la mata y no le dejaban huellas, al joyero se le pedían anillos, cadenas y sortijas que mandaban a arreglar.

La gente estaba muy preocupada por lo que les estaba sucediendo, el malamañoso de enriquito no estaba en el pueblo, se había ido para Venezuela, así que no había a quien echarle las culpas de todo lo que se perdía.

A los pocos meses comenzó a llover para el interior del país y el gran río se fue creciendo, lo mismo hizo el hermano menor y sus aguas se juntaron y desbordaron hacia los pueblos ribereños, la Comadreja olio en el ambiente un aire fresco y mojado y se alertó, comenzó a subir a la canoa de David, todo lo depositado en su madriguera, tanto así que la gran canoa se llenó.

La Comadreja dio órdenes a su cría y partieron sin rumbo conocido dejando una estela de desastre ambiental a su paso, parecía un huracán de invierno, en verano.

La sorpresa que se llevó el comerciante David, cuando en compañía de varios amigos y vecinos fue a desencallar su canoa y la encontraron llena de todos los elementos perdidos durante el verano en la gran Villa.

De inmediato dieron aviso a las autoridades del pueblo y a la media hora pasaron a David, sin Goliat, esposado sin su esposa para el calabozo, en espera de resolverle su situación, acusado de robo continuado, con una lista de artículos incluyendo las polleras pollerines, enaguas y morunos de las mujeres del pueblo, los investigadores del caso encontraron vestigios de una gran cantidad de animales, roedores y concluyeron la investigación, así:

Aunque no se comprueba que animal se sustrajo parte de los elementos hallados, recurrimos a la mente y concluimos que esa si puede arrear todo lo que pasa por ella, por muy grande o pesado que sea lo transportado.

Por lo anterior se le devuelve la reputación al señor David, pidiéndoles disculpas públicas por el daño causado en su moral, también se le entrega su canoa con todos los elementos encontrados en ella, dándole la oportunidad de citar al pueblo para que cada persona reconociera y recuperara sus elementos, solo falta por recoger las prendas íntimas.

La Canoa de David fue removida por el agua de la ensenada y allí en el hueco donde la comadreja vivió por espacio de cinco meses, se forma un remolino que todo el que pasa por él, se desaparece, el último en desaparecer fue el Pipe, de allí en adelante a ese enorme remolino en mitad del gran río San Jorge, hermano menor del Cauca, le llaman “El remolino de la Pipa”.

Moraleja: Tengan cuidado con las Comadrejas.


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