sábado, 5 de septiembre de 2015

UN SUEÑO JURÍDICO PENAL

UN SUEÑO JURÍDICO PENAL
Por Francisco Cadrazco Díaz
Escritor Colombiano Región Caribe

Jorge Brecht era un abogado penalista litigante, profesor universitario, Magister- Doctorado en derecho Penal, una biblia en derecho, capaz de meterse en la cárcel y acusarse culpable por un crimen no cometido, para darse el placer de defenderse, un investigador de sus casos por eso nunca perdió uno en los tribunales de Justicia de los Estados Unidos de América, en las salas de jurados, jugaba con sus elocuciones preparaba  a sus testigos a decir solo lo que a él le convenía.

A Jimmy Soler, lo capturó la policía del condado de nueva york, acusado de sustraer un rollo de alambre de cobre de unos mil metros lineales y la muerte de dos celadores de la compañía Cables y líneas, la autoridad policial lo presionaba para que confesara el crimen, tenía la cara desfigurada los dedos de las manos hinchados de los golpes que recibió al no confesar la verdad, una verdad que no existió.

El Doctor Breht, recibió una carta en su despacho, era del condenado Jimmy Soler, que al pie de la letra decía:

Estimado Doctor Jorge Breht: Le escribo esta como una última apelación desesperada. No lo conozco personalmente y por supuesto que usted tampoco me conoce a mí,. Me acusan de homicidio pero soy inocente. Fui sentenciado a “cincuenta años a cadena perpetua en Sing Sing”. He luchado durante cinco años para obtener mi libertad. Mis amigos reunieron un fondo para mi defensa pero ya se agotó. ¿Me ayudará usted?.
                                                      Jimmy Soler Hoffman.

Lo primero que hizo el abogado Breth, fue visitar en la cárcel de la calle Raymond a Jimmy Soler. No tenía en lo absoluto la impresión de que un hombre inocente fuera o hubiera sido injustamente sentenciado. La protesta de Jimmy a cerca de su inocencia no afectaba a el abogado, cuando se trataba de criminales y raqueteros era un escéptico completo y su actitud hacia ellos era de un despectivo completo, no comía de cuentos el ducho abogado, que con calma y paciencia escucho de boca del acusado lo que sucedió esa noche fría a las dos de la mañana de un cinco de septiembre de 1875. Y le prometió a Jimmy que lo iba a sacar de la cárcel y probaría su inocencia con la verdad.

Ese mismo día que hablo en la cárcel con el acusado y sentenciado Jimmy Soler, se dirigió a la sala del tribunal y con su tarjeta profesional en mano, más el poder firmado por el acusado para su defensa ad honoren, pidió los expedientes del condenado y toda la noche leyó y repaso la condena de los Jurados, quienes votaron a favor y en contra, que argumentó el Fiscal y que dijo el abogado defensor en ese caso Marco Pinosa.

Al tercer día de tener el poder de la defensa el Doctor Breht, hacía gala de su astucia e inteligencia para ganar el caso de Jimmy, se vistió de Policía del Condado y junto a su Abogado auxiliar se le metieron a la fábrica donde años antes sucedió el hecho criminal.

Interrogaron a los posibles implicados o cómplices internos del hecho punible, los apretó para que hablaran con la verdad, les exprimió el cerebro y cada uno fue confesando la verdad, incluyendo al manager de la empresa, a cambio de su empleo y una condena justa, que sacaría de la cárcel a un inocente obrero de botas y overol.

Ya con sus pruebas recogidas a través de la investigación, porque los abogados litigantes deben ser investigadores, salir a buscar las pruebas que den como resultado una justa condena o en su defecto una declaración de inocencia.

El Doctor Breth con sus pruebas en mano, pidió al juez Dalton, reabrir el caso de Jimmy Soler, y fijaron Audiencia para los quince días siguientes, día y noche el Abogado Penalista estudiaba la defensa de su poderdante, estaba seguro que Jimmy no mataba ni una mosca, por su hablar, mirar y su timidez observada en la cárcel de la calle Raymond.

Al cambio del Fiscal, Breth, cita al estrado a los testigos de la pasada audiencia y fue desmenuzándolos, desenmascarándolos de su vil cuartada, el fiscal se quedó sin testigos y el defensor de Jimmy citó a los nuevos testigos investigados por el dentro de la fábrica donde sucedieron los hechos. Argumento el Abogado Breth que la acusación original había sido impropiamente formulada ya que se acusaba a Jimmy de que había matado a los dos compañeros, que solo era una presunción porque las pruebas y los requisitos de pesquisas de los investigadores no concluían esta afirmación.

Las pruebas las tenía el Juez, quien se las paso a los doce jurados de conciencia de la sala penal. Los testigos confesaron la verdad e inculparon al manager como el Autor intelectual y a Doger Simpson, Carlos Picca, Dosier Moller como los incriminados materiales. El Manager no gustaba de su empleado Jimmy porque se sabía la letra menuda del derecho Laboral y cada reclamo del empleado le representaba un dinero en dólares que iban a para a sus bolsillos, era un estafador y los tres empleados cómplices del crimen de Barce y Candelario operarios de las calderas donde se fundían los minerales de cobre para hacer alambres entorchados, actividad de la gran fábrica.

Los Jurados de Conciencias condenaron al Manager a cuarenta y ocho  años de cadena perpetua y a los tres cómplices a veinte años de cárcel a cada uno. Jimmy Soler fue absuelto de todo cargo indemnizado y pensionado de la fábrica de Cables y Líneas.

El Fiscal no estaba contento con el veredicto. Tampoco los Periódicos, prácticamente nadie pensaba que Jimmy Soler fuera inocente, después de haber sido condenado a cincuenta años de cadena perpetua a sus cincuenta y dos años de edad..

El Doctor Jorge Breth Hinojoza era el más espectacular de los abogados penalistas de Nueva York. Había defendido docenas de hombres y mujeres acusados de homicidio en primer grado y ni uno solo había ido a la silla eléctrica. Era maestro en su oficio y había opacado a los abogados defensores que brillaban cuando él comenzó a ejercer. Podía ya escoger su clientela, pero luchó siempre con uñas y dientes cual felino León, por cada uno de sus representados, en esos instantes eran las cuatro de la mañana, cantó el gallo fino en el patio de mi casa y todas las gallinas se tiraron del palo de totumo, mi esposa me codeo sin culpas al revolverse y yo, Jorge Breth Hinojoza, abogado, escritor de cuentos, Colombiano de la hermosa Región Caribe, con una sutil sonrisa me desperté de ese hermoso sueño Jurídico Penal, en el Condado de Nueva York, bajo la lupa de doce Jurados de conciencia.

“Para el que tiene miedo, todas las cosas rechinan”. Sófocles.



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