lunes, 30 de junio de 2014

UNA JAURIA DE PERROS

UNA JAURIA DE PERROS
Por Francisco Cadrazco Díaz
Escritor Caribeño Colombiano




Por motivos estrictamente del querer de unos pocos habitantes y del Gobierno Municipal de AQUÍ NO ESTOY, el secretario de Salud, decidió sacrificar a los trescientos cincuenta perros callejeros que habían en el pueblo y sus alrededores, argumentando que los Can se estaban multiplicando con una facilidad que superaba el número de niños que habitaban el municipio.

Días antes le tiraron el pitazo a Superman, un perro negro con blanco, largo como una gacela, tan grande, que no necesitaban escaleras para bajar los cocos de la finca Belarcazar, de propiedad de Mano Sico, Superman con su estatura,  los alcanzaba y los pelaba con sus garras, era el líder de la manada, solo era dar una orden y había perros en huelga.

El segundo Can, al mando se llamaba Sincronizado, por ser un perro callejero que comía en la fonda de la Control y dormía en la puerta del palacio, sabia de política y de implementación de medidas correctivas, más cuando las perras se alborotaban y ponían las calles patas para arriba, a él, no le gustaban esos espectáculos de dos por uno, como las mercancías en los almacenes de los cachacos, en el paseo Bolívar de Quilla.

El orden y la cordura, reinaban entre los animales más fieles que tiene el hombre, por sobre de sus mujeres, esto lo decían los abuelos, siempre que regresaban del monte, acompañado de su mascotas y veinte conejos, que habían capturado.

Sincronizado, llamó a Tertulia, otro perro, quien iba pasando por la plaza y le dio una orden:

Ven acá Tertulia, diríjase a la finca Belarcazar y le informa a Superman que la Autoridad Sanitaria, nos va a eliminar, que tome las decisiones y estamos prestos a cumplirlas, entendido.

Si señor entendido, contestó el can.

Salió Tertulia hacia su destino específico, cogió playón afuera para cortar camino y ahorrase tres kilómetros de distancia, mas por evitar encontrarse con su enemigo Placido, un perro grande desgarbado y pleitisco, tenía más de cincuenta sajadas en su piel y vivía lleno de pulgas, ese era unos de los motivos que tenía el Secretario de Salud, para querer eliminarlos, pero como en los animales también hay desaseados, desaliñados y estrafalarios en su andar y vestir, como en los humanos.

Cuatro horas y cinco minutos en su reloj ferrocarril de Antioquia, fue el tiempo que empleo el Can en llegar ante su superior jerárquico, dando tres vueltas a su alrededor y percatarse que el rabo que tenía su jefe, no era el de él y acto seguido manifestarle que:

Jefe mandó a decir el señor Sincronizado que el Secretario de Gobierno Municipal, el domingo nos van a eliminar.

Dio media vuelta y  retorno al pueblo, llego donde Sincronizado y le dio parte sin novedad, al estilo militar.

Solo fueron esas palabras escuetas, las que el perro loco de Tertulia le informó a su jefe, que en su mente de perro y como había un campeonato de futbol entre Can, en los corregimientos y caseríos; Superman entendió un desafío entre la Secretaría y los Can para el partido el Domingo.

Toda la noche Superman planeo las estrategias futbolísticas para ganarle el partido a la Alcaldía y formó su selección con los mejores Can, teniendo en cuenta fuerza, equilibrio y habilidad.

Nomina:

1-. Concordia
2.- Jaminton
3.- Forastero
4.- Miñero
5.- Cuadriculado
7.- Pelele
8.- Falciao
9.- Ricarena
10.- Teocrito
11.- Tapa fijo, el arquero.

Once Can, de los mejores, más aseados y jóvenes que podían acabar con la hegemonía del equipo contrario.

Superman, bien temprano mando una razón a Sincronizado con Paleta, un perro joven brioso e inteligente con las siguientes instrucciones:

Todos los Can del municipio, en gesto de buen agrado al pueblo, desfilaremos por las siete calles y después nos dirigiremos a la cacha de la ciudad infantil, donde daremos una muestra de juego limpio y derrotaremos a los contrarios.

Mientras los Can planeaban estrategias de juego, el Secretario de Gobierno preparaba las trescientas vacunas para eliminar a todos  los Can que hay en el  municipio, con instrucciones precisas y concisas de no dejar a ninguno vivo.

Como ya todo estaba preparado, claro y entendido entre los Can, no se dijo más nada, hasta el día viernes que Sincronizado notó que el grupo de funcionarios de la secretaria de salud, lo miraban al salir y entrar al recinto del palacio y sus secretarías.

No le gustó esa jugada y se alertó, preguntó e indagó como buen sabueso y concluyo que había exterminio de Can en todo el municipio y sus corregimientos, sin decir nada partió para reunirse con su jefe Superman que al llegar Sincronizado se sorprendió porque este nunca lo había visitado en su palacio de la finca.

Le contó los pormenores y concluyeron que Tertulia rompió la cadena de información y tergiverso los términos de la misma, pero todo estaba a tiempo de enmendar, llamo a Gacela una perra ágil y correntona, para que diera aviso a toda la comunidad perruna, las hembras y cachorros buscaran refugio y los perros, perros de verdad se reunirían en el playón de Orozco, para formar la más grande Jauría de perros, en contra de los funcionarios públicos y su secretaría de Salud.

Dieron aviso a otros municipios y a estos se unieron a la causa de no exterminio en contra del más fiel amigo del hombre, le mandaron mensajes de humo a los defensores de los animales y a todo aquel que gustaba de mascotas, que los crían, como si fueran sus hijos.

El día domingo, las camionetas y las brigadas estaban en la puerta del recinto gubernamental, el templo de la justicia municipal y todos sus anexos, lo que notaron los funcionarios es que Sincronizado no estaba, tampoco Tertulia que se mantenía por ese lugar, fueron a solicitar por ellos a la fonda de la control, ella le mostró la comida de la tarde de ambos can, que no llegaron.

Partieron del punto cero los funcionarios de la brigada de salud, para que los Can del municipio después de la vacuna estuvieran sanos, sin paracitos en su cuerpo y se viera esa población robusta, más que venía una visita de la Secretaria de Salud Departamental, a certificar y justificar el gasto de la jornada.

No habían pasado diez minutos cuando divisaron por la carretera destapada una nube de  polvorín, típico en fiesta de marzo, cuando entran de todo el territorio los vehículos y fieles seguidores del santo patrono de ese pueblo y dejan el camino empolvado como la cucarachita Martina y toda su familia.

A un lado los vehículos, que viene un huracán, fue la orden del director de la misión, y sorprendidos vieron pasar a más de quinientos perros de cuatro patas, traía la lengua afuera, pelaban sus colmillos y el ultimo en pasar se frenó frente a la caravana de salud, exactamente ante el director, se paró en sus dos patas delanteras, pelo sus hermosos colmillos de diez centímetros de largo, curvados y brillantes y emitió un gruñido de advertencia, acto seguido siguió su marcha.

Poquitas quedaron las cuatro calles del pueblo, parecía unas carreras de a caballo el día de San Pedro y San pablo, fuera puercos, gallinas y patos de sus calles, todos sus habitantes cerraron sus puertas y los portones, típicos de las casas de los ricos, que los pobres entran por ella, cuando el blanco se los ordena y por allí salen, solo una mirada para la sala, para observar los hermosos muebles.

La brigada se devolvió para el punto cero, allí llegó Superman, Sincronizado y Gacela, mientras que la jauría recorría por tercer ves las calles polvorientas del pueblo.

El Director se entró al reciento por el miedo y temor que le infundió Superman unos minutos antes en la carretera, Habló Sincronizado, llamado el guardián de la Alcaldía, por permanecer en la entrada de la misma por más de cinco años.

Ese día todos los funcionarios y presentes, entre ellos, la comisión de Defensores de animales y dos representantes de ONG, escucharon a un Can, jalarse un discurso y aclaró las cosas entre los dos entes, que duraron aplaudiendo a Sincronizado, acto seguido el director salió y manifestó que no era exterminio canino, la brigada era de salud y bienestar para todos los Can del municipio, contra los parásitos que cargaban tanto dentro de su cuerpo como por fuera,, refiriéndose este último ítem, a las pulgas que los tenia flacos y se les estaba cayendo la piel.

Sincronizado, encogió el rabo y se escondió detrás de Superman, su jefe, este le dijo no temas Sincro, que solo es un pinchacito y listo, aclarado el impase,  a causa de la mala comunicación al pronunciarse, desde Sincronizado, Tertulia y Superman, hasta los funcionarios de la secretaria de salud municipal, al mirar varias veces de reojos a Sincronizado, el guardián de la Alcaldía.

Acordaron jugar el partido de Futbol entre los dos equipos a las tres de la tarde, los Jefes Can, reunieron a la jauría, mandaron a buscar a sus hembras y cachorros, quienes recibieron una dosis de vacuna contra los parásitos enquistados en su cuerpo, contra los enquistados en la Alcaldía, en el consejo, las secretarias y todos los puestos públicos, que les echaban la culpa a Sincronizado, por su presencia en la entrada al recinto, de la población Canina del municipio, más pobres y apartado de la civilización, donde los Can, superan a la población infantil.

Como el estadio no tiene gradas, ni graduados, que velen por el buen estado del mismo, todos los Can presentes, al lado derecho y los habitantes, hinchas del equipo anfitrión a la izquierda, los dos directores técnicos en su cuadriculo, árbitros vestidos de negro al centro, con un balón de vejiga de puerco inflado, las barras gritando y coreando a su equipo, suena el pitazo, concordia capitán de campo de los Can, organiza el equipo, se corre Miñero por la banda derecha, por la izquierda va Cuadriculado, alza su pata derecha delantera, porque la trasera es para anunciar que va a orinarse, Miñero lo observa y le hace cruce de vejiga de puerco, la baja con el pecho Cuadri, la recibe de cabeza y orejas Pelele, le hace un túnel a Picho, la recibe Teocrito y de media bolea, la manda al fondo de la red, anotando el único gol del encuentro, donde los Can se llevaron la victoria.

En los últimos minutos se formó una gresca entre Pelele, Falcido y Teocrito, contra tres miembros del equipo municipal, se amenazaron y dijeron que los iban a denunciar por prevaricato u omisión en sus cargos, esto fue calmado por Superman y el Director de Salud, quienes se vieron el partido de Futbol en compañía de sus esposas e hijos, entre ellos, Gacela la perra más bonita de la región, a quien el hijo del Alcalde le tenía puesto el ojo para echarle el lazo y llevársela de mascota.

Recordando el discurso que se jaló Sincronizado en la puerta de la Alcaldía de Aquí no estoy, sus últimas palabras fueron:

“Los humanos, los inteligentes, los que toman decisiones, unas buenas y otras malas, los que pueden hablar, los que manejan la cosa pública, el dinero, los que van a los colegios, Universidades y hasta Harvard a especializarse, a hacer doctorados, se creen que los animales no tenemos cerebro y pensamientos, no tenemos alma y corazón, nosotros, a los que nos han llamado Perros, despectivamente, a quienes nos culpan de sus olores malos, nos echan como Can, quisiera yo, que me dieran dos días de habla como en este instante, que ya me sonaron la campanita, anunciando que se me acabaron los minutos de intervención y me van a cerrar los micrófonos, decirles a todo los humanos del mundo que los queremos y los amamos a pesar de ser Perros, pero menos perros que los masculinos y femeninos de su especie y por último, los perros  cuadrúpedos queremos y exigimos a los humanos que estudian la Veterinaria, y la genética, nos den solución para no quedarnos pegados y recibir piedras, patadas, insultos y hasta agua helada, cuando estamos haciendo el amor”.

He dicho.


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