domingo, 2 de octubre de 2022

LA GUITARRA SONORA

 



LA GUITARRA SONORA
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano      


Viniendo de Guartinajas por el camino viejo entre cayo de la tía y el siso, para salir al inmenso playón de la Villa, en mi burro bayo, como él se sabía el camino hasta la placita en donde se encontraba ubicada mi morada y como en todos los viajes llegaba de primero que mi persona,  después que cruzamos el arroyo la dorada, con su puente de tablas y listones de madera fina, escuche en la montaña el sonar de una guitarra, pero no cualquier guitarra, era armónica, sonora y bien afinada, con unas puntadas en el diapasón que enamoraba al oído de cualquier persona, sin pensarlo me tiré del burro y con mi cauchera y cien piedras en mi mochila me interné a la montaña, con mi oído fino direccioné mi andar hacia la Guitarra Sonora, caminé, caminé y caminé y en cada paso su sonido era más lejano, pero ya me atraía y por la distancia recorrida, no me podía devolver, seis de la tarde seguía en la montaña, hasta que vi luz en una choza de palma, de allí salía la melodía, la puerta de palitos se abrió de par en par, había una figura semihumana, con una guitarra con destellos de oro, contemple por un buen rato la escena, era agradable estar allí, me dijo la figura, estas melodías son para ti, te vi por el camino viejo y quise compartir con tu persona esta hermosa noche, sé que tienes buen oído para la música y te va a servir en tu vida, entra siéntate en el piso, dejó de tocar la guitarra y se dirigió a la cocina, en su fogón de leñas con tres bindes de termitas había una olla de barro y hervía un delicioso café tinto.  Sirvió en una diminuta totuma  y medio de beber.                  

Al día siguiente en horas tempranas de la mañana, estaba tocando la puerta de mi casa, solo recuerdo la conversación al llegar a la choza, el hermoso sonido de la guitarra,  lo demás no lo sé explicar, lo que si se explicar, fue que desde ese día se me quitaron los resabios de pelao  grosero, en mi hogar los dos viejos que me criaron, no me creyeron el cuento de la guitarra sonora, espero que ustedes mis lectores,  si me crean, porque la imaginación y la fantasía, caminan  más que la mente humana.


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