EL STORNUDO DE VACA
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano Región Caribe
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano Región Caribe
En la finca Flor de Cataca,
vivía Antonio en compañía de sus padres Micaela y Joselito, este último le
sobraba el dinero, pero lo administraba su hijo Antonio, con la siembra de
Sorgo y Maíz vivían cómodos, además en sus fincas pastaba mucho ganado.
Micaela tenía una hermana
llamada Erika, un día se encontraron en el pueblo y compartieron almuerzos, Micaela le decía a su hermana que
Toño su hijo había vendido su carro Foo y que en remplazo se iba a comprar un
gran carro fino de nombre Stornudo de Vaca, Erika una mujer letrada, se quedó
atónita al oír tremendo cambio que pretendía hacer su sobrino, vender un carro
para comprarse un Stornudo de Vaca.
En esos momentos entra Antonio
al restaurante donde estaban las dos hermanas conversando y les dice mamá, tía ya
compre el Studebaker modelo 53, vengan a verlo.
Ese mismo día,Micaela le
ofrece una compra a su hermana que vivía a pocas cuadras del supermercado donde
se encontraban, un bulto de Arroz, un bulto de Azúcar, una caja de panela
ceciliana, los condimentos, la yuca, el plátano, los limones, las verduras o
revueltos y otras cositas más. Porque a decir verdad en la ciudad todo es
comprado, mientras que en las veredas y parcelas se siembran alimentos para
cosechar y ser auto-suficiente, así el dinero rinde y se puede guardar en las
ollas de barro enterradas en los patios.
El tendero conociendo a su vecina
Erika, manda los bultos de compra en un Jeep Willis de color azul modelo 1957, pero
en estos tiempos donde la tecnología arrasa y atropella a muchas personas, al
conductor le entra una llamada en su celular y en vez de frenar, asegurar el
cambio de su vehículo, siguió su marcha y contestó aló, quien allá, acá hablo
yo.
No se dio cuenta donde fue que bajó la compra porque discutía
por celu.. con su mujer, que lo tenía sudando y con la frnete que relumbraba de
la rabia y la calor de este hermoso sol que alumbra con sus baterías al máximo
en nuestra querida costa caribe colombiana.
Ya cansadas de farolear por
las calles y cayendo el sol al poniente, las dos hermanas se despidieron con
fuerte abrazo, Erika le dijo a su hermana Micaela que muchas gracias por la
compra que le regaló, cada una cogió camino, al llegar a casa Erika pregunta
por la compra a su esposo, su hija y nuera y ninguno da razón. Al día siguiente
bien temprano se fue al supermercado a ver dónde fue que llevaron la compra.
Mandan a buscar al conductor
del Jeep Willis y este los lleva donde el creyó que había dejado los bultos, no
aparace la compra, pero como siempre hay unos ojos que ven, un joven de 12 años,
se acerca y les dice en voz baja, cuanto me dan y les digo donde están los
bultos.
Imagínense, la compra de Erika
la repartieron dos vecinas de ella, aduciendo que no sabían que esa compra era
de su vecina, para no alargarles el cuento, le devolvieron una parte, el
supermercado le envió de nuevo a Erika la compra ahora se la están descontando
al que contesta por el celular: “Acá hablo Yo”.
Antonio el hijo de Micaela le
da pena cuando su mamá habla del Stornudo de Vaca, su nuevo Vehículo. No mamá es
Studebaker, ella le contesta eso mijo.
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