EL RELOJ DE MADERA
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano, Costa Norte
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano, Costa Norte
A mi hermoso pueblo natal,
erigido en Villa en siglos pasados y templo de peregrinación, oración y
sanación, como todos sus habitantes, llegó una vez un humano Venezolano
adinerado, buscando sanación para sus males, desahuciado de los médicos su
dinero tampoco lo curaba, como la fe mueve montañas, llegó al punto preciso
después de sortear un largo camino de carreteras, caminos de herraduras, y
navegando por los ríos Magdalena y San Jorge.
Ismael (Ismaelito), se
confundió entre los miles de peregrinos que visitan cada año el santuario de
sanación del Milagros de la Villa, sus esfuerzos dieron resultados, la sanación
de su cuerpo y alma, nació la voluntad y
generosidad de regalarle una Finca a su sanador y, se hizo efectiva.
A mis escasos años escuchaba
que hablaban los mayores de la finca del Milagroso, regalada por un peregrino
por su recuperación de vida, decían que tenía un reloj de madera,
construido sobre el tronco o base de lo que fue un árbol maderero llamado Tolua
Roja de finura y longevidad. La historia hablaba: que un mediodía soleado, a 39
grados de temperatura, los campesinos labraban la tierra y miraban al sol, para
determinar la hora exacta del almuerzo y terminación del jornal de trabajo.
Ismaelito iba pasando por ese
lugar y vio a los labriegos mirando hacia el sol, al preguntarle los motivos,
le dijeron que estaban mirando la hora, ese fue el motivo especial para buscar
el lugar en donde colocaría un reloj que interpretaría la hora con los rayos
solares, para que los labriegos no se expusieran a la insolación por mirar
directo al Astro Rey.
Para conservarlo le colocaron
un casquillo de cobre que parecía Oro con los rayos del sol, tenía en su base
dos varillas del mismo metal, cobre cien por ciento, horizontales y en su
circunferencia, los números romanos del uno al doce, siendo el punto doce arriba
y el seis debajo, las varillas, una de cuarenta centímetros y la otra de sesenta,
suponemos que la de menor tamaño daba la hora y la otra era el minutero, en el
centro de la circunferencia estaba la figura del milagroso de la Villa.
Todos los Domingos, después de
la misa de nueve, los peregrinos, acudían a la finca a ver tan novedoso invento
del reloj que daba la hora a través del Astro Rey, así como lo hacían el siglo pasado con la
visita a la rancha La Punta de la Pesquería.
Esa finca montañosa inicialmente
se llamaba San José, con el paso de los años la llamaron Macedonia, está
situada por el Paso de los chivos, siglo después, fue vendida inicialmente a
Don Napoleón Imbett Campo, luego a Don Lacides Pérez, allí cantaban los
quinientos gallos finos, cuidados por mi Bisabuelo Manuel Vicente Díaz Vanegas.
Esta es una Joya histórica, por
su calidad de regalo a la fe y sanación de un humano colocado en manos del
Señor de los Milagros, desaparecida en el tiempo, mas no en el espacio de mi
hermoso pueblo San Benito Abad Sucre Colombia. Te invito a Visitarlo.
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