UNA MARIPOSA ENCANTADA, DE MIL COLORES
Por Francisco Cadrazco Díaz
Escritor Colombiano
Por Francisco Cadrazco Díaz
Escritor Colombiano
En un bello jardín del
frente de una Mansión, un jardinero de nombre Octaviano, un muchacho de unos
trece años de edad, color moreno claro, con unos pequeños y delgados bigotes,
típicos de la pubertad, con una educación bien cimentada de su hogar, sembraba y
cuidaba con esmero, toda clase de plantas que florecieran, solo con el fin de
complacer a una hermosa niña, hija de los dueños de la mansión, a ella le
encantaban las flores sobre todo las exóticas.
Una vez la niña con sus
padres se fueron de vacaciones a Paris y
encargó del jardín al servidor y humilde Octaviano, quien le prometió a la
hermosa niña que cuando regresara, lo encontraría lleno de toda clase de
mariposas revoleteando sobre sus pétalos florecidos, como en la Malena de
Patillal.
Como regalo en su estadía en
la ciudad Luz, le trajo al jardinero una
Mariposa de mil colores disecada y atrapada en un enjambre de alambres con un
gancho para colgarla en la pared, fue una alegría inmensa la que manifestó
Octaviano, al recibir tan preciado objeto que fue colgado en su cuarto al lado del
retrato de sus padres de crianza, que con mucho celos cargaba el jardinero.
El Jardín estaba florecido y lleno de mariposas
de dos mil colores, sobre todo a las nueve de la mañana, cuando el sol emite
sus rayos con más intensidad, así como lo prometió el jardinero a su admirada
niña, que cada día crecía y se le veía su hermosura, siempre decía Octaviano
que esa sería una gran mujer, a él le agradaba el trato de la niña de siete
años de edad y ella gozaba de la compañía del jardinero.
Su Padre siempre la regañaba
y le decía que no la quería ver en compañía del jardinero a quien trataba muy
mal, a la señora madre, le agradaba el joven, que desde los ocho años estaba
con ellos, por su educación y respeto y procuraba que su estadía en casa fuera
lo mejor, lo tenía estudiando en las noches y le suministraba vestidos y
calzados y le daba su mesada de trabajo en dinero, que guardaba el jardinero en
una cajita de madera que había adquirido donde su vecino, el carpintero.
Una de las hermosas noches
de su estadía en casa de la familia Hondeer, donde vivía, en el patio de la
Mansión, sucedió algo inesperado por el joven, cuando entró a su cuarto, encendió
la luz y miró a la mariposa y al retrato de sus padres y acto seguido escucho
una melodiosa y suave voz encantadora que le dijo:
Octa,
no te vayas a asustar soy yo la Mariposa,
Sí, que quieres, contestó
el joven,
Tú
me puedes hacer el favor de sacarme de esta maraña de alambres y después
soplarme con tu boca, te daré el regalo de tu vida lo que tu más anhelas.
A Octaviano, en fracciones
de segundos mentales, pensó en la hermosa niña, hija de sus patrones y
también se dibujó a la Mariposa convertida en mujer, vestida de mil colores,
con su belleza natural, en un palacio de amor y felicidad, rodeado de sus dos
hijas Sasha y Ksandra.
Procedió Octaviano a
soltarle los alambres de cobre a la mariposa de mil colores que le trajo de la
Ciudad Luz, la hermosa niña Sasha, hija de Grastini y Ksandra, sin duda el
destino del joven estaba centrado en las manos de la Mariposa y sus
pensamientos eran los de desposar a la joven Sasha, cuando fuera un poco mayor,
con la anuencia de sus padres.
Después de liberada la
Mariposa y con un soplo del jardinero, revoleteo por toda la habitación,
cantaba, se reía y abrazaba a Octaviano, le bailo música Árabe ataviada con su
vestido de Mariposa Encantada, hablaron hasta el amanecer y ella le pidió al
joven que la colocara en el lugar que ocupaba en su habitación, hasta que
llegara nuevamente la noche.
La niña Sasha, notó la ausencia
del jardinero en la mañana y a un descuido de su padre que la llevaba al
colegio se escapó y le tocó suavemente la puerta y lo llamaba cariñosamente:
Octa, Octa, Octa levántate
que ya me voy para el colegio, abre la puerta.
Se despertó el joven y
sorprendido abrió la puerta de su habitación, al verlo la niña sorprendida
grito Mama, Papa, vengar a ver a Octaviano, a esa voz, el padre se imaginó, lo
que siempre se había imaginado entre su hija y el jardinero, acudiendo al llamado
de la niña.
Octaviano amaneció rozagante,
su piel morena estaba delgada, sus ojos despiertos, su cabellera espesa y bien
peinado, sus bigotes eran abundantes su piel llena de bellos, su nariz pronunciada y sus facciones
bien cuidadas, un joven a la altura de
los patrones, hablando socialmente.
Octaviano, ahora que regrese
lo espero en la sala de la casa, que tenemos que hablar, vociferó el Patrón, en
un tono grosero.
Se miró el jardinero en un
pedazo de espejo que tenía en su baño y la sorpresa fue mayor, miró a la
mariposa y esta se sonrió, comprendió el muchacho humilde que se le había
concedido su deseo, que de ahora en adelante su vida cambiaria y estaba
dispuesto a hablar con el señor Grastini, de tú a tú, como un gran señor.
La señora Ksandra suministró
vestidos nuevos al joven que había cambiado su apariencia, ahora era un Príncipe
Encantado, el don de la palabra brotó de su pensamiento, tanto que el dueño de
la Mansión se quedó sorprendido de la elocuencia de Octaviano en la larga
conversación que sostuvieron en la Sala de la Hermosa Mansión, donde el
jardinero justificó sus cambios físicos con su pubertad y su elocuencia con las
clases en el colegio, de allí salió la propuesta de acompañar al señor a sus campañas políticas
que aspiraría al primer cargo de la Municipalidad.
A la noche siguiente tan
pronto se ocultó el Astro Rey, bajo la Mariposa Encantada de mil colores y le
dijo a Octaviano, que sus deseos estaban cumplidos:
Desposar a Sasha cuando cumpliera la mayoría de edad
Terminar sus estudios en Licenciaturas Políticas
y Económicas y no olvidarse de su Jardin y sus mariposas
encantadas y una sorpresa el día de su boda.
Todo
lo prometido por La Mariposa Encantada, se le cumpliría a él joven Jardinero,
ya en su última y tercer noche de liberada la Mariposa de mil colores, le bajo del
retrato a los padres de crianza de Octaviano y por quince minutos se dijeron
las últimas palabras que el joven le debía a sus guías de la vida.
Al amanecer, la hermosa mariposa le prometió a Octaviano, que estaría en su boda y
en el nacimiento de sus dos hijas, con los rayos solares la Mariposa Encantada
y de mil colores, salió por la ventana de la habitación de Octaviano el
Jardinero y se alejó en el horizonte, entonando una hermosa canción, acompañada
de guitarras y castañuelas Andaluzas.
Para
la familia del señor Grastini y la Señora Ksandra, el joven era considerado un
hijo, honor que con muchos atributos hacia ellos, profesaba Octaviano el
Jardinero Encantado, que con honores se graduó en las Universidades, las dos
carreras profesionales que con mucho esfuerzos comenzó años atrás antes de que
Sasha la hermosa niña, le trajera de la Ciudad Luz, una Mariposa Encantada de
mil Colores.
En
una mañana llena de alegría, Octaviano y Sasha, se juraron ante el altar de
Dios y en presencia de los padres de ambos jóvenes, una sorpresa de La Mariposa
Encantada, para el Jardinero, que la liberó de los alambres y la embalsamada, donde
permaneció por muchos años. Los progenitores de Octaviano, fueron localizados y
no podían creer que su hijo mayor, se haya convertido en un gran señor, de la emoción
su Madre, exclamo: “Hijo te pareces a un Doctor”.
Al
siguiente año, nació Sasha hija y dos años después nació la hermosa Ksandra
igualita a su madre, Octaviano con la influencia de su suegro, ocupó el cargo
de primer ministro de su país, fue catalogado el mejor funcionario que haya
pasado por ese Estado.
“Son
Privilegiadas, las personas que con perseverancia,
esfuerzos, confianza en ellos, pensando
en grande, logran superar los obstáculos de la vida, mas, cuando la Sociedad
que los rodea, los consideran las Sandalias
para Calzar sus Pies”.
Al Jardín
de este hogar, atendido por el Doctor Octaviano Del Pino y Carrasco, su hermosa
esposa Sasha Hondeer y sus hijas Sasha y
Ksandra, todos los días, llegan en las mañanas, Miles de Mariposas Encantadas
de dos Mil Colores, y adornan ese hermoso Jardín.
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