TODOS PENSAMOS, DIJO
EL DEL QUESO
Por Francisco Cadrazco Díaz
Escritor
Por Francisco Cadrazco Díaz
Escritor
Dos arrobas de queso traía Mano Migue en hombros del
túnel, bien arriba de la sierra Nevada por los lados de Aguas blanca Cesar,
bajo un inclemente sol, camino lleno de piedras lomas y cruces de ríos. Lo
había recibido como pago de quince días de trabajo en una finca ganadera y lo
traía al pueblo y lo colocaba en Granero Geiner, de eso vivía.
Había recorrido varios kilómetros y esperaba salir a
campo abierto, pero el peso de la carga lo venció, se sentó a reposar debajo de
un peralejo frondoso y a la distancia observó que venía un jinete en la misma
dirección hacia el pueblo, pensó que era un conocido, pero no, era un
forastero, al acercarse el jinete se saludaron, mano migue le pidió el favor de
que le llevara en su caballo las dos arrobas de queso seco y se lo dejara en la
parcela siguiente cerca al pueblo, que él lo recogería, sin pensarlo el jinete
se negó, que su caballo estaba aperado y que no era para cargar queso y menos a
un desconocido, mano migue le pidió disculpas al jinete y este se marchó.
Ya había recorrido el jinete dos kilómetros y
reaccionó, vee, yo si soy pendejo, como me voy a negar a esas dos arrobas de
queso, ese tipo no me conoce y se devolvió, el mismo pensamiento tenia mano
migue debajo del peralejo, “bueno y yo en que estaba pensando, entregarle a un
forastero dos arrobas de queso, la comida de mi familia, que pendejo soy”, en
eso ve donde viene el jinete de regreso, mano migue le dice ajaaaa amigo se devolvió, contesta el jinete: Si señoo
vengo a hacerle el favor, lo pensé bien y me devolví.
A lo que el del queso, le contestó: TODOS PENSAMOS, ya
no me haga ningún favor.
Yo también lo pensé y
muy bien.