UN CHIVO INTELIGENTE
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano
Liberto
entregó en dote por el casamiento de su hijo, unos mil chivos, entre hembras y
machos, los subieron en un camión con destino a la guajira venezolana cerquita
a la frontera, desde el resguardo Sirroshirra en la alta guajira Colombiana,
entre esa manada iba un chivo joven que se distinguía por su color de piel,
blanco con marrón y lo llamaban barretiao.
Barretiao
luchaba en la jaula del camión por escaparse ya que toda su familia quedo en la
ranchería en Colombia, por un accidente lo escogieron a él, fue una orden del
nuevo propietario de la dote, fue un largo camino en donde perdían el
equilibrio ya que no llevaban ninguna barrera o protección dentro del camión,
pero a pesar de eso Barretiao iba copiando el camino y tan pronto llego a su
destino, como era de noche, se escapó.
Guiado
por la Luna el chivo emprendió camino de regreso, para alimentarse pelaba el
cardón y se comía la sabia, esta le daba fuerzas para seguir tan largo y penoso
camino, no podía coger carretera porque de seguro lo capturaban y lo hacían
presas, o tal vez iría a pastar a otra ranchería en donde las condiciones no
fueran la misma que en Sirroshirra.
Halló
en el camino a un perro hambriento que lo perseguía hasta caer exhausto, pero
no logro su objetivo, barretiao le consiguió agua y comida a tarzan un perro
negro de gran tamaño, quien le agradeció el gesto del chivo inteligente, esa
noche hablaron de todo y no dijeron nada, quedaron a unirse y emprender viaje a
la alta guajira colombiana en busca de la familia de barretiao.
A
la semana de camino dieron con la ranchería, pero ya la familia de barretiao,
no estaba, los subastaron y su destino era un matadero, pero no sabían cual y
en donde estaría, tarzan y barretiao emprendieron camino e iban de ranchería en
ranchería, preguntando por su familia.
Llegaron
bien temprano a Albania y en la carretera indagaron, otro perro que se
encontraba en una carnicería les dijo que esa familia iba en un camión con
destino a Huadurupiahu guajira, allá llegaron y a la entrada de la ranchería
les dijeron que pasaron con rumbo a Jotomahana a unos dos kilómetros de
distancia, no los encontraron, tarzan rastreo y el olfato los llevaba al
siguiente pueblo wayuu llamado Huayanetamahana, una señora que estaba barriendo
en la calle, les informó que ese carro pasó con destino a Maicao, toda la noche
bajo la luz de la luna los dos amigos recorrieron camino y llegaron en la
madrugada a Maicao, palmo a palmo recorrieron sus calles y no encontraron
rastro de la familia de Barretiao.
Descansaron
ese día en un colegio que se encontraba en las afueras, debajo de un frondoso
árbol, ahí llego el celador y les trajo agua y comida, hablaron de dónde venían
y a quien buscaban, sorprendido el humano de que los dos animales hablaran en
Wayuunaiki y español, se despidieron a las siete de la noche con rumbo a Riohacha
posible destino de la manada de chivos, duraron tres días recorriendo a
Riohacha, los mataderos clandestinos en los patios de las casas, pero fue infructuosa
la búsqueda, barretiao le informó a tarzan que en Alto Pino tenían unos
parientes y allí se dirigieron, ya sus contexturas eran insípidas, tarzan se
parecía al perro de Copetran y barretiao tenía las barbas como Bing Laden, no
daban confianza a quienes se los encontraba en el camino.
Lo
que los salvaba era que tenían una educación a prueba y no se metían con nadie,
es más en Pioureka, se unieron dos perros más, una chiva recién parida a quien
le quitaron el cachorro, dos gallos finos y un burro, bajo el pacto de no
agresión, por mucha hambre que tuvieran, el objetivo, encontrar a la familia de
Barretiao.
En
Amenasín encontraron a un hermano de barretiao y este les informó que siguieron
para Paumahana, ahí tampoco los encontraron, decidieron coger carretera a ver
si daban con la familia, llegaron bajo la dirección de tarzan a Tomarrazón y en
una granja se unieron a la gran familia de barretiao, quienes estaban
desesperados por el paradero del único Chivo macho que hablaba dos idiomas y
que no estaba en venta ni al alcance de una olla hirviendo.
Así
bajo un hermoso sueño el chivo macho inteligente, de nombre Barretiao conoció a
las rancherías Wayuu sus nombres y
costumbres, sus hermanos, en la alta guajira, hermosa tierra al norte de
Colombia.