LAYUMAY, UN PUEBLO
FANTASMA
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano
Lou
den, padre de tres hijos, Faver, Lou Jr. y Filippo, su madre falleció al parto
del ultimo, se criaron en la hacienda Paragüitas, eran buenos jinetes, vivían
del campo y la ganadería, actuaban los cuatro como uno sólo, Filippo el menor
cumplía años de nacido, su padre y hermanos lo mandaron al pueblo a buscar un
dinero al banco, cosa que cuando regresara a paragüitas el agasajo estuviera
preparado, sacrificaron un becerro, tres pavos y cinco gallinas e invitaron a
los amigos de Filippo, pero este no llegó al transcurrir de la noche los amigos
se fueron y sus familiares se preocuparon.
Bien
temprano ensillaron sus caballos y siguieron el camino desértico por donde Filippo
tenia que transitar para llegar al pueblo, a mitad de camino encontraron el
sombrero del joven y huellas de personas, según su padre eran como treinta en
total, siguieron camino entre lomas y piedras al llegar al pueblo fantasma, escucharon
disparos.
Apresurados
apretaron riendas a sus caballos y a galopes encontraron a su hijo y hermano
con una insolación, le dieron agua de sus cantimploras, el joven reacciono, miró
a su alrededor y vio su caballo, un hombre boca abajo que al voltear-lo era la
persona que lo había abordado en el desierto y con engañifas le dio con la cacha
del revolver y se le llevó su caballo.
También
contó a su padre y hermanos que era el forajido que tenia azotado al pueblo de
Layumay, al que el defendió como Aguacil, preguntó por Luisa, sus familiares
desconcertados le atribuían su estado mental a la insolación en el desierto.
Su
padre le contó que Layumay era un pueblo fantasma con una leyenda, que el
Forajido Tommy y sus matones los desalojó hacen dos siglos y que ellos sólo
esperaban que un hombre valiente los liberara de los forajidos, dicen que murió
mucha gente y que el resto que quedó vivo se arrastraron por el desierto en
donde divagaban en las noches de luna llena, también le contó que el Forajido
Tommy abordaba a los transeúntes del desierto y les quitaba su caballo y el
dinero que llevaban.
Filippo
les dijo a su padre y hermanos que el pueblo estaba cerca que lo acompañaran
para rescatar a Luisa, el empeñó su palabra que volvería por ella.
A
sabiendas su padre aceptó llegar al pueblo Fantasma Layumay, en donde solo
consiguieron desolación y como en el oeste americano las bolas de hierva seca corrían
por su única calle. Filippo no lo podía creer, hacían tres horas
aproximadamente estaba allí rodeado de hombres y mujeres, temerosos a
enfrentarse a Tommy y sus forajidos que cuando llegaban desolaban el pueblo y
mataban al alguacil.
Filippo
se tocó el pecho y si, tenía la placa de Alguacil y recordó que Luisa lo convenció
para que liberara a su pueblo de Layumay de Tommy y sus forajidos, también
estaban las barricadas en la entrada al pueblo que él Filippo como Alguacil ordenó
a su gente del pueblo colocar para defenderse de los Forajidos, el convenció a
el pueblo que los acompañara a buscarlos y darle de baja, cosa que en la mente
de Filippo sucedió.
Ya
convencido que sus familiares no le creían emprendieron viaje a la hacienda paragüitas,
antes dio la ultima mirada al pueblo desolado y asoleado en medio del desierto
y justo, estaba Luisa en la puerta de su casa, la mujer que dijo que lo quería,
se tocó sus labios y allí estaban sus besos, la figura se iba desapareciendo a
medida que Filippo y sus familiares avanzaban hacia su finca Paragüitas.
La
Leyenda cerró su siclo, al enfrentarse Filippo y los hombres del Pueblo
Fantasma, al temido Tommy y sus Forajidos.