EL REY GUAJIRO
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano-Región Caribe
Agatha, una gata de color
blanco y pintas negras, llegó como Mascota al hogar de Los More, era la
consentida de ese hermoso hogar, ella se podía acostar en los muebles de la
casa, en la cama y hasta en el carro tenía su sitio, nadie podía sentarse en
él.
Llegó Tobby, un gato callejero,
zaramullo y feo y se enamoró de Agatha, de esa unión nacieron treinta y ocho,
cuarenta y don Ferna, fueron creciendo al cuidado de su mamá animal y de los
More, tanta fue la atención hacia ellos que Agatha se enceló y un día que la
familia salió de paseo en el carro, hicieron una parada por el treinta Guajira
y la madre gata se bajó se internó en los cardonales y ni dijo adiós.
Los tres consentidos de los
More, fueron creciendo a peso de leche de chiva y hoy en día son tres hermosos
gatos que lo que encuentren se lo comen. Uno de esos pajaritos enjaulados como
el de la vecina la cachaca, fue víctima de las garras y dientes de don Ferna,
esa discordia está como corazón de quemadura, palpitando.
More, se trajo de Macho bayo
un Rey Guajiro que le regalaron, es un hermoso pájaro de color rojo con copete, que canta a toda hora, su jaula está fuera del alcance de los tres gatos hijos
de Tobby el malo, como ellos hablan en
un lenguaje no castellano, menos inglés o mandarina, pero se entienden.
Por las noches tan pronto se
acuestan los more, comienza la segunda del noveno, don ferna el gato más
cuajado y ágil, a pesar de su nacimiento arrastrando las dos paticas traseras,
hoy es el rey de la casa y por su puesto le da rabias al oír, disque el rey
guajiro imponente y copetón.
Escuchen mis lectores los tres
gatos han hecho lo imposible por sacar al Rey Guajiro de ese hogar, él canta y
canta y nadie lo entiende, le derraman el alpiste fino que le compran, le botan
el agua, le mesen la jaula durante toda la noche, están tratando que los more
dejen la escalera por olvido en el sitio donde lo suben al techo de la casa, le dicen, vea primo, usted no va a llegar a
viejo, o te vas o nos los comemos con ti plumas.
Aconteció que tan pronto llegó
el Rey Guajiro a casa de los more, la vecina se enamoró del pájaro, ellos los
more por pena y con la deuda de don Ferna, le dijeron que le iban a conseguir
uno similar, eso sí que tuviera paciencia de espera porque no se consiguen
fácilmente están en vía de extinción, cada uno vale millón quinientos y si
cantan valen cinco millones de pesos, por eso don Ferna el gato más cuajado, lo
quiere exterminar.
Se fue More masculino a
trabajar y quedaron los animales y pájaro al cuidado de More Femenina, tanto te
quiero Rey Guajiro, que se lo iban a regalar a Tío Mañe, que ya venía en camino
a recogerlo, los tres gatos contentísimos al escuchar tan semejante propuesta,
esa mañana maullaron de alegría, la more colocó la gran escalera y peldaño a
peldaño subía, bajó con el Rey Guajiro y lo colocó en el piso, se lo encomendó a treinta y ocho, cuarenta y
don ferna y, se fue a buscar una jaula más grande.
Tan pronto estuvo fuera de
la mira, treinta y ocho le mandó un zarpazo a la jaula dejándole una abertura,
que fue aprovechada por el Rey Guajiro y tomó vuelo hacia el techo, la fiesta
fue en grande, los tres gatos brincaban y le hacían guerra al pajarito, el más
fino de los pájaros Guajiros, después de mi persona, cuando llegó la more,
pájaro a donde, les preguntó a los gatos y estos miraron hacia el cielo raso de
la casa, pegado en el bombillo de la energía estaba el Rey Guajiro, diciéndole
a la More, sálvame vee, sálvame veee.
Los vecinos acudieron al
llamado de capturar al Rey Guajiro, la vecina a quien don Ferna se le comió su
pájaro se colocó en la puerta de entrada principal, por allí se fue el rey
guajiro, el pájaro más fino de todita la guajira y el Valle. Ahora está la duda
si el rey Guajiro salió con consentimiento o no de la Vecina que lo miraba con
los ojos de gato, hijos del gran Tobby. Y que le van a decir a more cuando
regrese del trabajo.
Libre y enamorado se encuentra
el Rey Guajiro en el Cerro Pintao, en las noches se reúne con el trio de oro y
la hermosa amistad de los tres monitos, cantando y parrandeando bajo la voz de Leandro
Díaz y Poncho Cotes Junior, con el espejo de la Luna llena en el río Marquesote,
donde llega a beber Agua bien fría que
baja de la gran Sierra del Perijá.
Agatha, se volvió
montañera y se convirtió en una hermosa tigresa de la selva Guajira,
olvidándose de sus hijos treinta y ocho, cuarenta y don ferna.