EL CONEJO DE OREJAS CORTAS
Por Francisco Cadrazco Díaz
Escritor Colombiano-Región Caribe
Por Francisco Cadrazco Díaz
Escritor Colombiano-Región Caribe
Regiio Rizzo Ponte vivía con
su esposa en los viñedos de oriente en Rusia, él conoció a su esposa en un tren
de cercanías, ahora se encontraban en un refugio de concentración, se hablaban
y se entendían, juraron que si de esa guerra salían con vida unirían sus
corazones para siempre y que se trasladarían a otro país donde nadie los
conociera.
Primero soltaron a Aggata
quien buscó el puerto marítimo y se embarcó en un rustico barco sin rumbo fijo,
la asignaron a la cocina del barco y siempre que llegaban a un puerto la
escondían en el cuarto de máquinas donde venían más personas con destino a Suramérica.
Al llegar a Suramérica iban
dejando personal en cada puerto, a Aggata la dejaron en el golfo de
morrosquillo, de allí tomo una chiva de palo y fue a dar al centro de bolívar,
donde se ganaba la vida echándole la
suerte a las personas por medio de la lectura de la mano, fue un éxito de trabajo
y progreso total, compró casa, montó un almacén de telas y confecciones y ya
era una empresaria, su negocio se llamaba Regiio Pizzo, en honor a ese gran
hombre que conoció años atrás.
Mientras tanto Regiio
buscaba la manera de salir del centro de refugio donde los tenían mientras se
arreglaban las cosas en la nación, Basco un amigo de Regiio le propuso
consultar con una señora que se encontraba del otro lado de la alambrada, ella
era adivina y convertía a las personas en animales, lo malo de esto era que no
sabía cómo volverlas a su estado original, el que se sometía, quedaba siendo un
animal para siempre.
A los pocos días estaba la
señora haciendo su trabajo y los dos amigos acordaron convertirse en conejos,
Basco pidió ser un gran conejo de color gris y orejas grandes viviría en su
parcela con una escopeta de tiro 16 de dos cañones, el que intente entrar será
hombre muerto, cultivará yuca, maíz y malanga.
Regiio deseaba ser un conejo
pequeño con las orejas cortas para distinguirse de los demás que tienen sus
orejas largas, de color blanco algodón y buscaría por todo el mundo a su amada
Aggata, cueste lo que cueste y salga por donde salgare.
A los quince días de estar
la señora trabajando dio resultado, los dos hombres se convirtieron en conejos,
con mente de humano, pensantes y tomando decisiones de sus vidas, ambos
partieron a puntos distintos de acuerdo a lo planeado, la señora sacó un viejo
mapa y le señaló a Regiio el punto exacto y las coordenadas donde se encontraba
Aggata y en sueños le reveló a la mujer que su esposo la estaba buscando, lo
que no le dijo era que se había convertido en conejo.
Ciento ochenta días duró
Regiio metido en el almacén de provisiones de un Barco Mercante que venía con
destino el puerto marítimo de Santa Marta Colombia Suramérica, con sigilo e
inteligencia sacaba su comida de las cajas empacadas sin dejar huellas ni
rastros solo que a los pocos días de haber llegado el barco a su destino y
entregar la mercancía a sus dueños, las cajas registraban faltantes, sobre todo
las de vino.
Ya en tierra firme y seguro,
Regiio se orientó y tomo rumbo al golfo y en una embarcación de pescadores
llegó al puerto turístico de Tolú y de allí a un hermoso pueblo rodeado de
ensenadas de agua dulce.
En la plaza principal, le
preguntó a una paloma casera donde vivía una señora de nariz larga alta, blanca
de nombre Aggata, el ave de corto vuelo le enseñó el camino y lo dejo escondido
en el jardín de la casa, allí permaneció hasta que el sol se ocultó en el
poniente, cuando Aggata fue a cerrar el almacén, Regiio se coló y se escondió
debajo de la cama de la alcoba de la hermosa mujer.
Cuando el reloj biológico de
Pura Raza, el gallo basto de Aggata cantó por segunda vez, Regiio se le subió a
la cama de Aggata y esta al sentir al animal metió la mano debajo de la almohada
y sacó el revolver magnum calibre 45 y ya lo tenía a punto de mira telescópica,
cuando Regiio grito, “No me mates Aggata no me dispares soy Regiio”.
Y le contó a su esposa como
se convirtió en Conejo y porque de sus orejas, como fue que dio con ella y
ahora a resolver el problema del conejo a humano.
Como Aggata también se las
traía y había sido discípula de la señora del refugio, salió a la capital y
trajo conjuros y a los pocos meses Regiio era un hombre pequeño con sus orejas
de conejo recortadas, su cara de conejo, sus dientes de conejo y su hablado
delgadito, pero al fin un hombre, y como en nuestros pueblos caribe, nadie se
salva de un sobre-nombre lo llamaban “El Conejo de orejas Cortas”.