domingo, 30 de octubre de 2016

EL VENADO ENGRAPADO, EL TIGRE AL REVÉS Y UN VIAJE DE GALLINAS.

EL VENADO ENGRAPADO, EL TIGRE AL REVÉS Y UN VIAJE DE GALLINAS.
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano-Región Caribe


De los tantos cuentos que nos refería ese hermoso viejo en la ronda de la placita, después de ocultarse el sol y entregarle el turno nocturno a la brillante luna, acompañada por millares de luceros, nosotros los niños, jóvenes y adolescentes, bajo la inocencia de la época, siempre pendientes al desprendimiento de uno de los luceros, para decirle con mucha alegría Dios te guíe, se me vino a la memoria presente, estos tres cortos cuentos.

Rufo, solía salir todas las tardes armado de una cauchera y cincuenta piedras chinas, dos docenas de grapas y un martillo dentro de su mochila de fique, con el fin de cazar animales para su supervivencia y la de su familia, lo demás, para arreglar los portillos de su parcela, cuando el Toro de Magín, se embellacaba y se pasaba en busca de sus tres vacas parceladas.

Esa gran noche entre oscuro y claro y fuera de lo natural, al frente y a la distancia se le venía en carrera un Venado grande de cuatro cachos, ojos marrones brillantes, barba espesa y orejas grandes, tiempo suficiente para sacar la cauchera y dos bolos de piedra y acorta distancia le puso la mira telescópica en el centro de la frente, sitio mortal, estiró la cauchera ochenta centímetros por sobre de su pecho, cerro el ojo izquierdo y con el derecho justo al punto mortal.

Siguió el Venado después de ese tiro y con más brío se acercaba a él, por segunda vez el tiro certero con la piedra dio en el blanco, allí Rufo se dio cuenta que esa cauchera no era el arma de caza para ese gran Venado, sacó una grapa de la mochila y justo cuando el venado venía pegado a una ceiba grande disparó la grapa y sin más recursos el golpe le prensó la oreja izquierda contra la bonga y quedo grapado. Al verse perdido el venado le habló a Rufo, rogándole que lo dejara libre y prometiéndose no hacerlo más.

Ese mismo Venado que le incumplió su palabra a Rufo, se le apareció en forma de Tigre, con lo que no contaba era que a Rufo, no se lo brinca un chivo, menos un tigre, le salió de la manigua, no dándole tiempo a sacar su cauchera, menos los bolos de piedras, y se le abalanzó, Rufo le atravesó el martillo en la boca del tigre, metió su mano llegó hasta el rabo y con su pierna derecho lo sujeto bien y jaló y jalo, hasta que el tigre quedó como cuando la ropa se lava al revés.

Y por último, decía mi hermoso viejo, que una vez lo contrataron para que trasportara como viaje de ganado trescientas cincuenta gallinas ponederas, de la orilla de la ciénaga a un corregimiento en las faldas de la montaña, aproximadamente quince kilómetros.

Como era una gran burla a su oficio de vaquero, Rufo le dijo al blanco que con mucho gusto, que por ese trabajo debería darle  su hija como esposa más un dote de un millar de pesos, el blanco casi se ahoga con una pepa de mamón que se estaba chupando, pero el reto le gustó, solo pensaba como iba a vaquear esas gallinas.

Rufo esperó la noche, enguacó las gallinas y a las nueve en punto pasado meridiano llegó el capitán Arrieta en su avioneta “La Avispa” y en menos de lo que canta un gallo, estaban las trescientas cincuenta gallinas en el sitio.

A cumplir su palabra llegó el Blanco de mano de su hija al altar de Dios, que ya no era blanco porque tenía que entregar a su hija, menos  un millar de pesos que se le salieron por querer humillar a Rufo, un trabajador de campo, que en vuelta de diez años era el hombre más rico de la región y con diez hijos de la unión de Blanquita, la hija del Blanco. 

El pensamiento de ese anciano ronda permanente por su cabeza, “Como hizo Rufo para transportar esas gallinas, sin dejar rastros o huellas de ellas”.


sábado, 22 de octubre de 2016

RUSPECTO “EL CONEJO TRAVIESO”

RUSPECTO “EL CONEJO TRAVIESO”
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano-Región Caribe

Aminón era un conejo de color gris, que unos gitanos trajeron consigo del viejo mundo, ellos lo tenían depositado en una jaula de dos por dos m2, lo que no supieron jamás los gitanos era que Aminón hablaba y escuchaba todas sus conversaciones y por las noches se escapaba de su jaula a comer zanahorias en una huerta cerca donde ellos tenían su carpa.

Una de esas noches, Aminón se encontró con una manada de conejos traviesos que lo convidaron para que hiciera parte de ellos, sobre todo por su color y le encomendaron la misión de conquista a Noni, la más bella de las conejas, para que le cogiera raza, tarea que fue fácil a los pocos meses estaba preñada Noni de Aminón el conejo extranjero.

A esas el conejo se escapó de la jaula y se volvió cimarrón, como no hablaba el idioma Castellano pasó trabajo los primeros meses de estar en el monte, pero al anuncio de que iba a ser padre la confianza entró a su cuerpo y comenzaron a brotar de su boca palabras castizas.

Nació un hermoso conejo al que por unanimidad fue llamado Ruspecto, el nombre de su tatarabuelo materno, de la cabeza hasta la mitad del cuerpo era su color blanco y el resto gris, cuando ya Ruspecto creció y aprendió a defenderse solo, se le presento una noche un conejo viejito que sus barbas le llegaban al suelo y le dijo que le pasaría sus poderes para que se defendiera de los humanos sus perores enemigos.

Ya lo habían visto y lo llamaban el conejo de dos colores, era un blanco perfecto para darle caza, lo que no sabían los humanos de Ruspecto, eran sus travesuras, ninguna piedra tirada con cauchera o resortera daba en su cuerpo, las flechas se torcían, se desaparecía y aparecía en otro lugar, con una barita les hacía cosquillas en las orejas a los humanos.

Entrada la noche, salió una brigada de humanos con jaulas, trampas, resorteras, piedras palos y todo elemento de caza, la misión era darle muerte a Ruspecto, el conejo travieso, toda la noche estuvieron batallando con Ruspecto, hasta que se les terminó la munición de piedras, palos, les desarmaba las trampas, los hizo perder el rumbo a casa, hablaban en otro idioma y deambulaban por la manigua.

A los dos días de haber salido los humanos en busca de Ruspecto el conejo travieso, fueron vistos en los playones, comiendo barro y bebiendo agua llovida en las pisadas del ganado, traídos al puesto de salud, donde solo decían Ruspecto, allí está Ruspecto, y señalaban a un cuadro de una enfermera colgado a la pared,  que con su dedo los mandaba a callar,  “Ruspecto el Conejo travieso”, hijo de Aminón el conejo Gitano y Noni, la coneja criolla más bella de las Conejas.


martes, 18 de octubre de 2016

YA SE VA JUANCHO

YA SE VA JUANCHO
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano-Región Caribe


Reviviendo el Acervo Cultural de las Sabanas de Aguas Blancas, Valencia de Jesús,  la tierra del gran Maestro Calixto Ochoa Campo y Pueblos del Magdalena, me permito narrar el Cuento de “ya se va Juancho”, un hombre muy popular, querido por su pueblo que lo vio nacer y crecer, como casi todos los Aguas blanqueros que han llegado a estás Sabanas llenas de Algodón, buscando mejores horizontes de vida, progreso y familia.

Juancho decidió irse del pueblo y se regó la bola una semana antes de su partida, por donde quiera que pasaba le lanzaban la pregunta “¿Es verdad que te vas Juancho?”, que te hemos hecho en el pueblo para tomar esa radical decisión, él con un movimiento de cabeza afirmaba el sí, pero a la vez se le salían  las lágrimas, en ese orden le rogaban que no se fuera, que el pueblo lo quería mucho, les iba a hacer falta para que los hiciera reír con sus cuentos y chuscadas.

Ya el día cero de irse Juancho estaba fijado, sus vecinos organizaron la despedida y contrataron dos Bandas de Música Sabanera, un día antes en la tarde hicieron su entrada triunfal y recorrieron las dos calles, recogieron los puercos, los perros y las minas ensucia chancletas, para que no estorbaran, los pelaos de esa época a pies descalzos y sin camisa iban detrás de las Bandas y a Juancho lo llevaban  cargado en hombros dándole vivas, los totes o voladores surcaban los cielos y caían en la ciénaga después de alcanzar su fuerza 0.

A las 18:00 horas, situaron a la Banda 12 de Octubre de Caimito en la puerta de Juancho Dávila y la Banda de Manguelito al frente, donde su mejor amigo, sonaron toda la noche intercaladas, el ron caña ya hacia su efecto, el fandango mueve polleras y las espermas quemando manos duró hasta las seis de la mañana del día siguiente, a esa hora Juancho bajo una borrachera se alistaba para salir del pueblo que lo vio nacer, vociferaba que tenía 60 vestidos de paño entero, dentro de su escaparate de madera tolua roja, pero a Aguas Blancas no llegaron, por último se despidió de sus paisanos: “Adiós adiós, ya me voy a despedir, las piedras llorarán sangre y el Sol no quiso salir”:

Para no alargarles el cuento a Juancho sus paisanos se resistían a dejarlo partir, tuvieron que sacarlo por la puerta falsa y dirigirlo en caballo hasta un sitio clandestino donde lo esperaba una canoa con Johnson fuera de borda, así llegó Juancho Dávila a Aguas Blancas Cesar Colombia, en la calle del Barranquillero donde echó raíces y regó su familia como la verdolaga. Al igual que en su pueblo de nacimiento, sus vecinas, Los Narváez, su amigo entrañable El Negrito Narváez, Geraldito Salas la señora Fidelina y todos sus paisanos, aquí también todos lo queremos y lo recordamos con mucho amor.


MARROCO VALDEZ, UNA LEYENDA AGUASBLANQUERA

MARROCO VALDEZ, UNA LEYENDA AGUASBLANQUERA
Por Francisco Cadrazco Díaz Román
Escritor Colombiano-Región Caribe

Como la mayoría de los habitantes de las Sabanas de Aguas Blancas y Valencia de Jesús, por su vocación algodonera y finquera, de un día para otro llegaban forasteros en las chivas Cosita Linda y allí se quedaban, ese fue el caso de Marroco Valdez, un afrodescendiente, nacido en la región del Bolívar grande, que con su sonrisa se fue ganando el cariño y aprecio de los habitantes de la región, eso sí, Marroco demostró que le gustaba el ron caña.

Era Mantero, garrochero y torero, tiraba machete y trompadas cuando lo provocaban, se instaló en la finca GUAPANGO, de propiedad de Baldomero Quintero, un hacendado de Villanueva Guajira, los fines de semana entraba al pueblo de aguas blancas y hasta que no se gastaba el último centavo de su paga, no se iba del pueblo.

Salió Marroco de la Finca a Aguas blancas y de allí hasta el Valle, recibió su paga en efectivo y cuando la fue a meter a la cartera no tenía la Cedula, se le había quedado en la finca Guapango, se embarcó en la Chiva Cosita Linda hacia aguas blancas, donde le daría rienda suelta al ron caña.

Cuando iba llegando a la caja de ahorros, la chiva que venía de María Angola le hizo señas al otro conductor, sacó la mano por la ventana y los dos se pusieron a conversar, el que venía de María Angola le dijo al otro, ten cuidado que en aguas blancas hay unos policías muertos en la carretera, Marroco se alertó y dijo: Hombre precisamente hoy que no traigo cedula y comenzó a maquinar el cerebro, ahora lo mínimo es que estén requisando y como no llevo cedula me ponen preso, me llevan para las catorce ventanas y ni quien me saque de allí.

El miedo se apoderó de él, mando a parar la chiva y se bajó frente a la finca caja de ahorro, se cruzó el alambre de púa dejando un cuarto de camisa enganchada, reventó  potrero y fue a dar a caminos vecinales y llegó a la finca guapango con la ropa destrozada y puyado del bejuco rabo de Iguana y de la salsa pela polla.

Los compañeros de la finca le preguntaron porque venía así reventado y que con quien pelasteis, entonces Marroco les contó que en Aguas blancas había una mortandad de policías en la carretera, sus amigos de parranda se miraron y soltaron al unísono una carcajada, llena de burla y lo señalaban, le dijeron noo Marroco fue que colocaron unos resaltadores para bajarle la velocidad a los vehículos cuando pasan por el pueblo.


Hombee Melito, Wii, Rafa y tío papi, ese si es perder el tiempo, contestó Marroco y se tiró el trago al fondo del Galillo y soltó su risa característica de hombre feliz.